La Ciudad de México ha sido golpeada nuevamente por una intensa tromba que ha dejado a su paso un rastro de caos y destrucción, especialmente en la zona oriente de la capital. Este fenómeno meteorológico, que se registró la tarde-noche del 27 de septiembre de 2025, ha sido catalogado como uno de los más severos del año, con precipitaciones que superaron los 91 milímetros en un lapso de cinco horas. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil no tardó en activar una alerta cuádruple, reflejando la gravedad de la situación en diversas alcaldías de la ciudad.
La tromba no solo causó inundaciones en varias colonias, sino que también interrumpió el transporte público, afectando tanto a la línea A del Metro como a las operaciones del aeropuerto de la Ciudad de México. Las imágenes y videos compartidos por los residentes de la unidad Ejército de Oriente muestran la magnitud del desastre, con casas anegadas y familias luchando por salvar sus pertenencias de las aguas que inundaban sus hogares. En este contexto, es crucial analizar las causas y consecuencias de este fenómeno, así como las medidas que se están tomando para mitigar su impacto.
### Causas de las Inundaciones en la Ciudad de México
La Ciudad de México, con su compleja infraestructura y su ubicación geográfica, es particularmente vulnerable a fenómenos meteorológicos extremos. La combinación de urbanización desmedida, falta de drenaje adecuado y el cambio climático han contribuido a la severidad de las inundaciones. En este caso, la tromba fue precedida por un periodo de lluvias intensas, lo que saturó el suelo y dificultó la absorción del agua.
Uno de los factores que agravan la situación es la deforestación y el sellado de suelos en áreas urbanas, que impide que el agua de lluvia se infiltre en el terreno. En lugar de ser absorbida, el agua se acumula en las calles, provocando inundaciones. Además, el mal estado de los sistemas de drenaje en muchas zonas de la ciudad también juega un papel crucial. Durante la tromba, se reportaron caídas de árboles y obstrucciones en las vías, lo que complicó aún más la situación y generó caos vehicular.
Las autoridades han señalado que es necesario implementar un plan integral de gestión de riesgos que contemple no solo la mejora de la infraestructura de drenaje, sino también la reforestación de áreas urbanas y la creación de espacios verdes que permitan una mejor absorción del agua. Sin embargo, la implementación de estas medidas requiere tiempo y recursos que muchas veces son escasos.
### Consecuencias Inmediatas y a Largo Plazo
Las consecuencias de la tromba en el oriente de la Ciudad de México son evidentes y afectan a miles de personas. En un primer informe, se reportaron 273 casas con anegaciones en las alcaldías de Iztapalapa, Tláhuac y Gustavo A. Madero. Sin embargo, este número podría ser mayor, ya que muchas familias no han podido reportar los daños debido a la magnitud de la situación.
Los comerciantes también han sufrido pérdidas significativas. En la zona de Fuerte de Loreto, muchos locales tuvieron que cerrar temporalmente, y algunos propietarios se vieron obligados a continuar sus actividades sobre bancos y sillas para evitar el agua. La economía local se ve afectada no solo por las pérdidas inmediatas, sino también por la disminución de clientes que, debido a las condiciones climáticas, evitan salir de sus casas.
En términos de salud pública, las inundaciones pueden generar un aumento en enfermedades transmitidas por el agua, así como problemas respiratorios debido a la humedad y la contaminación. Las autoridades de salud deben estar preparadas para enfrentar un posible brote de enfermedades en las semanas siguientes a la tromba, especialmente en áreas donde el agua se ha estancado.
El impacto en el transporte público también es significativo. La suspensión del servicio de la línea A del Metro y del Cablebús ha dejado a miles de usuarios sin opciones de movilidad, lo que complica aún más la situación en una ciudad donde el transporte público es esencial para la vida diaria. La reanudación de estos servicios dependerá de la capacidad de las autoridades para limpiar y reparar los daños causados por la tromba.
### Medidas de Respuesta y Prevención
Ante la gravedad de la situación, el gobierno de la Ciudad de México ha comenzado a implementar medidas de respuesta. La activación de alertas y la movilización de equipos de emergencia son pasos necesarios para atender a la población afectada. Sin embargo, es fundamental que estas acciones no sean solo reactivas, sino que se acompañen de un plan a largo plazo que contemple la prevención de futuros desastres.
La educación y concientización de la población sobre la importancia de la gestión del agua y la prevención de inundaciones son aspectos que no deben ser pasados por alto. Las comunidades deben ser informadas sobre cómo actuar en caso de emergencias y cómo proteger sus hogares ante fenómenos climáticos extremos.
Además, es crucial que las autoridades trabajen en colaboración con expertos en climatología y urbanismo para desarrollar estrategias efectivas que aborden las causas subyacentes de las inundaciones. Esto incluye la mejora de la infraestructura de drenaje, la implementación de sistemas de alerta temprana y la promoción de prácticas sostenibles en la construcción y urbanización.
La tromba que azotó el oriente de la Ciudad de México es un recordatorio de la vulnerabilidad de la capital ante el cambio climático y la necesidad urgente de adoptar medidas efectivas para proteger a sus habitantes. La resiliencia de la ciudad dependerá de la capacidad de sus autoridades y ciudadanos para adaptarse y prepararse ante futuros eventos climáticos extremos.