En los últimos años, el contrabando de combustibles ha emergido como una de las actividades más lucrativas para los cárteles mexicanos, superando incluso a las tradicionales operaciones de narcotráfico en términos de ingresos no relacionados con drogas. Este fenómeno ha sido impulsado en gran medida por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha demostrado una notable capacidad para innovar y adaptarse a las circunstancias del mercado. A través de operaciones sofisticadas y el uso de empresas fachada, el CJNG ha logrado establecer una red de contrabando que no solo afecta la economía mexicana, sino que también involucra a actores internacionales, particularmente en Estados Unidos.
### La Estrategia del CJNG en el Contrabando de Combustibles
El CJNG ha transformado el panorama del contrabando de combustibles en México, utilizando métodos que van más allá de los tradicionales robos de gasolina y diésel. La organización ha comenzado a emplear buques para transportar combustibles de contrabando, una táctica que refleja un alto grado de sofisticación y capacidad logística. Un ejemplo notable de esta estrategia se presentó con el buque petrolero Torm Agnes, que llegó al puerto de Ensenada, transportando casi 120,000 barriles de diésel. Este tipo de embarcaciones, que normalmente no se ven en puertos dedicados a cruceros y yates, ha comenzado a ser parte del modus operandi del CJNG.
La operación del Torm Agnes fue orquestada en colaboración con la empresa Ikon Midstream, con sede en Houston. Esta compañía compró el diésel en Canadá y, utilizando documentación falsa, declaró que se trataba de lubricantes, lo que le permitió evadir impuestos y controles aduaneros. Este tipo de maniobras no solo pone de relieve la complicidad de empresas estadounidenses en el contrabando, sino que también subraya la falta de regulación y supervisión en el comercio internacional de combustibles.
El contrabando de combustible ha crecido a tal punto que se estima que representa hasta un tercio del mercado mexicano de diésel y gasolina. Este fenómeno ha desatado un escándalo en México, donde la Secretaría de Marina, encargada de gestionar los puertos, se ha visto involucrada en investigaciones sobre la corrupción y la complicidad de funcionarios en el tráfico de combustibles. La evasión fiscal es un componente clave de este esquema, ya que los contrabandistas evitan pagar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que puede ser superior al 50% del valor de la carga.
### La Colusión Internacional y sus Consecuencias
La relación entre el CJNG y empresas estadounidenses como Ikon Midstream plantea serias preguntas sobre la responsabilidad y la ética en el comercio internacional. A medida que los cárteles han diversificado sus fuentes de ingresos, el contrabando de combustibles se ha convertido en una actividad que no solo afecta a México, sino que también tiene repercusiones en la economía estadounidense. La venta de diésel de contrabando a precios más bajos ha puesto en jaque a empresas legítimas, como Shell, que han tenido que salir del mercado mexicano debido a la competencia desleal.
El fenómeno del huachicol fiscal ha llevado a un aumento en la violencia y la corrupción en la región, ya que los cárteles luchan por el control de las rutas de contrabando y los puntos de venta. La infiltración de los cárteles en negocios legítimos ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre la seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos. Funcionarios estadounidenses han advertido que los cárteles han establecido redes complejas que les permiten operar con impunidad, utilizando sobornos y empresas fachada para facilitar sus operaciones.
El impacto del contrabando de combustibles va más allá de la economía. La corrupción y la violencia asociadas con estas actividades han socavado la confianza en las instituciones gubernamentales y han exacerbado la crisis de seguridad en México. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades ha llevado a un ciclo de impunidad que beneficia a los cárteles y perjudica a la población en general.
La situación actual exige una respuesta coordinada entre México y Estados Unidos para abordar el problema del contrabando de combustibles. La cooperación en materia de inteligencia y la implementación de medidas más estrictas para regular el comercio internacional de combustibles son pasos necesarios para desmantelar las redes de contrabando y reducir la influencia de los cárteles en la economía.
El caso del Torm Agnes y la implicación de Ikon Midstream son solo ejemplos de cómo el CJNG ha logrado adaptarse y evolucionar en un entorno cambiante. A medida que los cárteles continúan innovando en sus métodos, es crucial que las autoridades tomen medidas proactivas para combatir el contrabando de combustibles y restaurar la integridad del mercado energético en México.
