Un sismo de magnitud 5.9 en la escala de Richter sacudió el noroeste de Argentina el 1 de mayo de 2025, generando preocupación en varias provincias del país. El movimiento telúrico, que se produjo a las 13:00 hora local, tuvo su epicentro a 108 kilómetros de la ciudad de La Rioja y a una profundidad de 10 kilómetros, según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES). Aunque no se han reportado víctimas, el sismo causó daños estructurales significativos en diversas localidades.
El INPRES también indicó que antes del sismo principal, se registraron dos temblores menores, uno de 2.6 y otro de 2.8 en la escala de Richter. La jefa de Bomberos de Famatina, Mirta Sarmiento, relató que los daños más severos ocurrieron en la localidad de Campana, donde se produjo un derrumbe y deslizamiento de tierra. Sarmiento comentó que en una iglesia local, parte del techo y mampostería se desplomaron, y en Santo Domingo, una localidad cercana, los residentes reportaron grietas en los pisos de sus casas. «Es la primera vez que reportan algo así. No son grietas profundas, pero nunca nos había pasado esto y sientan un precedente peligroso», afirmó.
El sismo fue sentido en varias provincias vecinas, incluyendo Catamarca, San Juan y Córdoba, lo que generó una ola de reacciones en redes sociales. Los ciudadanos compartieron sus experiencias y los momentos de pánico vividos durante el evento sísmico. En Twitter, se hicieron virales imágenes y videos que mostraban el impacto del sismo, así como el desprendimiento de rocas en el Cerro Famatina, que se convirtió en tendencia en las redes.
La comunidad se ha movilizado para evaluar los daños y brindar asistencia a quienes la necesiten. Las autoridades locales han instado a la población a mantenerse alerta y a reportar cualquier daño estructural. La situación ha resaltado la importancia de la preparación ante desastres naturales, especialmente en una región que ha experimentado temblores en el pasado, aunque no de esta magnitud.
La historia sísmica de Argentina es compleja, dado que el país se encuentra en una zona tectónicamente activa. A lo largo de los años, se han registrado varios sismos significativos, pero el de este jueves ha sido uno de los más intensos en la región de La Rioja. La población local ha expresado su preocupación por la posibilidad de futuros movimientos telúricos, especialmente en áreas donde la infraestructura puede no estar adecuadamente preparada para soportar tales eventos.
En respuesta a la situación, el INPRES ha reiterado la importancia de contar con planes de emergencia y protocolos de evacuación. La educación sobre cómo actuar durante un sismo es crucial para minimizar el riesgo de lesiones y daños. Las autoridades han comenzado a realizar simulacros y capacitaciones para preparar a la población ante posibles futuros sismos.
El evento sísmico también ha suscitado un debate sobre la construcción y la regulación de edificaciones en zonas propensas a terremotos. Muchos ciudadanos han cuestionado si las normativas actuales son suficientes para garantizar la seguridad de las estructuras. La necesidad de revisar y actualizar los códigos de construcción se ha vuelto un tema prioritario en la agenda pública.
Mientras tanto, la comunidad se une para ayudar a los afectados por el sismo. Grupos de voluntarios están organizando recolectas de alimentos, ropa y suministros básicos para aquellos que han sufrido daños en sus hogares. La solidaridad entre los vecinos se ha hecho evidente, y muchos han ofrecido su apoyo a quienes lo necesitan.
A medida que pasan las horas, las autoridades continúan evaluando la situación y brindando información actualizada sobre los daños y las medidas de seguridad. La población se mantiene en alerta, esperando que no se registren más réplicas significativas. La experiencia de este sismo ha dejado una huella en la memoria colectiva de la región, recordando a todos la fuerza de la naturaleza y la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad.