En el contexto del Día Internacional del Trabajo, el presidente colombiano Gustavo Petro ha lanzado un fuerte mensaje al Congreso al presentar formalmente una consulta popular que busca reformar el sistema laboral del país. Acompañado de la simbólica espada de Simón Bolívar, Petro advirtió que los legisladores que se opongan a esta iniciativa enfrentarán las consecuencias en las urnas. Este acto no solo representa un desafío a la oposición política, sino que también busca movilizar a la ciudadanía en torno a los derechos laborales, un tema que ha sido históricamente relegado en Colombia.
La consulta popular, que se enmarca en un contexto de tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo, surge tras el rechazo del Congreso a una reforma laboral en dos ocasiones. Petro ha calificado esta negativa como una «traición al pueblo», lo que ha intensificado la polarización política en el país. En su discurso, el presidente enfatizó que la espada de Bolívar no es solo un símbolo de su liderazgo, sino un llamado a la acción colectiva del pueblo colombiano. «El que dirige, el que comanda, no es el presidente Gustavo Petro, es la espada de Bolívar… Quiero entregársela al pueblo», declaró, mientras la multitud aclamaba su mensaje.
La propuesta de consulta popular incluye 12 preguntas que abordan aspectos críticos del sistema laboral, como la reducción de la jornada laboral y la estabilidad en el empleo. Entre las propuestas se destaca la limitación de la jornada laboral a un máximo de ocho horas y la reducción de la jornada diurna para que finalice a las 18:00 horas, lo que implicaría el pago de horas extras. Además, se contempla un recargo del 100% por trabajo en días de descanso o feriados, así como la promoción de contratos a término indefinido para garantizar la estabilidad laboral. Sin embargo, el gobierno enfrenta el reto del abstencionismo, ya que para que la consulta sea válida, debe superar los 13 millones de votos, un número que supera la cantidad de votos que Petro recibió en las elecciones presidenciales.
El ambiente en el Congreso es tenso, y las palabras de Petro hacia el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, han encendido aún más la controversia. El mandatario ha señalado que el Congreso ya no representa los intereses del pueblo, sino que defiende los intereses de las oligarquías del sector privado. Este tipo de retórica busca consolidar el apoyo popular y presentar al gobierno como un defensor de los derechos de los trabajadores frente a un Legislativo que, según Petro, se ha vuelto obstruccionista.
La movilización de miles de personas en la Plaza de Bolívar de Bogotá, donde se llevó a cabo la presentación de la consulta, refleja el respaldo popular que Petro busca consolidar. Los manifestantes, muchos de ellos trabajadores de diferentes sectores, han expresado su deseo de que la consulta no solo sea un capricho del gobierno, sino una verdadera reivindicación de los derechos laborales. Jesús Parra, un manifestante, afirmó que la consulta es un primer paso hacia la lucha por los derechos de los trabajadores, que han sido vulnerados por años de políticas de ultraderecha.
La consulta popular también tiene un trasfondo estratégico para el gobierno. Analistas políticos sugieren que, independientemente del resultado, Petro podría salir fortalecido. Si el Congreso no aprueba la consulta, el gobierno podría utilizar esto para victimizarse y reforzar su narrativa de que enfrenta un bloqueo sistemático. Por otro lado, si la consulta llega a las urnas y obtiene un respaldo significativo, esto podría consolidar la base electoral del gobierno y fortalecer su posición de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
La figura de Simón Bolívar, que ha sido utilizada por Petro como un símbolo de lucha y resistencia, añade un componente emocional a la consulta. La espada que fue robada por la guerrilla M-19 en 1974 y devuelta en un gesto de paz en 1991, representa no solo un legado histórico, sino también una conexión con las luchas sociales contemporáneas. La utilización de este símbolo busca resonar con la memoria colectiva de los colombianos y movilizar a las masas en torno a una causa que trasciende la política partidista.
En este contexto, la consulta popular se presenta como una oportunidad para que los ciudadanos se pronuncien sobre temas que afectan directamente su vida laboral. La posibilidad de que el pueblo se exprese a través de las urnas es un elemento que podría redefinir la relación entre el gobierno y el Congreso, así como la dinámica política en Colombia. La pregunta que queda en el aire es si el pueblo colombiano estará dispuesto a levantarse y hacer oír su voz en un momento crucial para el futuro del país.