La Capilla Sixtina, un lugar emblemático del Vaticano, se encuentra en plena preparación para el cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril de 2025. Este evento, que comenzará el 7 de mayo, es un momento crucial para la Iglesia Católica, y los preparativos están en marcha para garantizar que todo esté listo para la solemne ceremonia.
La instalación de una estufa en la Capilla Sixtina es uno de los aspectos más destacados de estos preparativos. Esta estufa será utilizada para quemar las papeletas de votación, un ritual que simboliza la elección del nuevo pontífice. Además, se ha colocado un falso suelo para nivelar el espacio, y se han dispuesto mesas de madera donde los cardenales emitirán sus votos. También se ha instalado una rampa para facilitar el acceso a los prelados con movilidad reducida, asegurando que todos los cardenales puedan participar en este importante proceso.
Los preparativos no solo se limitan a la infraestructura física. En el exterior de la Capilla, se han visto a los bomberos colocando la chimenea que arrojará el humo, un indicador visual que informará al mundo si se ha elegido un nuevo papa. El humo negro indicará que no se ha alcanzado un consenso, mientras que el humo blanco anunciará la elección exitosa de un nuevo líder espiritual. Este ritual ha sido parte de la tradición del cónclave durante siglos y es esperado con gran anticipación por los fieles de todo el mundo.
### La Salud de los Candidatos y las Intrigas del Cónclave
Las especulaciones sobre la salud de los cardenales candidatos son un elemento constante en la política del cónclave. Recientemente, surgieron rumores sobre el cardenal Pietro Parolin, uno de los principales contendientes, que supuestamente había sufrido problemas de salud. Sin embargo, el vocero del Vaticano, Matteo Bruni, desmintió estas afirmaciones, asegurando que el cardenal se encuentra en buen estado. Esta dinámica de rumores y especulaciones es común en el contexto del cónclave, donde diferentes facciones intentan influir en la elección de un nuevo papa.
La historia del cónclave está llena de intrigas y maniobras políticas. En 2013, cuando el cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido como el Papa Francisco, también se dieron rumores sobre su salud. En ese momento, un cardenal le preguntó si era cierto que solo tenía un pulmón, lo que demuestra cómo la salud de los candidatos puede ser utilizada como un arma en el juego político del cónclave.
En esta ocasión, el cónclave se llevará a cabo con 133 cardenales electores, ya que algunos, como el cardenal Antonio Cañizares Llovera y el cardenal John Njue, no participarán debido a problemas de salud. Esto añade un nivel adicional de complejidad a la elección, ya que cada voto cuenta y la ausencia de ciertos cardenales puede influir en el resultado final.
### El Proceso del Cónclave: Votaciones y Ritual
El cónclave comenzará oficialmente con una misa en la Basílica de San Pedro, oficiada por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re. Después de la misa, los cardenales se aislarán del resto del mundo, un proceso que simboliza su compromiso con la elección del nuevo papa. Este aislamiento es crucial, ya que permite a los cardenales discutir y deliberar sin influencias externas.
La primera votación se llevará a cabo en la Capilla Sixtina, donde los cardenales escucharán una meditación y prestarán juramento antes de emitir sus votos. Si ningún candidato alcanza la mayoría necesaria de dos tercios, las papeletas se quemarán, y el humo negro será un mensaje claro de que no hay consenso. Este proceso se repetirá en varias rondas, con los cardenales regresando a sus residencias en el Vaticano entre las votaciones.
Cada vez que se quemen las papeletas, se utilizan diferentes compuestos químicos para producir el humo negro o blanco. En caso de que se elija un nuevo papa, las papeletas se mezclarán con clorato de potasio y otros ingredientes para generar el humo blanco, que anunciará al mundo la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica. Este ritual ha sido parte de la tradición del cónclave durante siglos y es un momento de gran expectación para los católicos de todo el mundo.
Mientras tanto, los cardenales se reúnen en sesiones informales para discutir las necesidades de la Iglesia y el tipo de liderazgo que se requiere en el futuro. Este diálogo es esencial para entender las prioridades y desafíos que enfrentará el nuevo papa, quien asumirá un papel crucial en la dirección de la Iglesia Católica en un mundo en constante cambio.