En el contexto del Día de las Madres, un grupo de mujeres valientes, conocidas como las Madres Buscadoras, se unieron en una marcha significativa en varias ciudades de México. Este evento, que se celebra por decimotercera vez, tiene como objetivo visibilizar la dolorosa realidad de la desaparición forzada de personas en el país. Las madres, que han recorrido cientos de kilómetros desde estados como Chihuahua, Tamaulipas y Veracruz, llevan consigo las fotografías de sus hijos desaparecidos, simbolizando una lucha que no cesa a pesar de los años y las adversidades.
La Marcha de la Dignidad Nacional Madres Buscando a sus Hijos se ha convertido en un símbolo de resistencia y esperanza. En esta ocasión, las participantes exigieron la creación de un mecanismo extraordinario junto con el Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada (CFD) para localizar a sus seres queridos y garantizar que se realicen investigaciones efectivas. La falta de acción por parte de las autoridades ha llevado a estas mujeres a convertirse en las principales buscadoras de sus familiares, un rol que han asumido con amor y determinación.
La historia de Blanca Ramírez, quien ha perdido a varios miembros de su familia en la búsqueda de sus seres queridos, es un reflejo del dolor que muchas de estas mujeres enfrentan. Cada año, ella marchaba junto a su madre y hermana, pero la muerte de ambas en la lucha ha dejado a Blanca como la única portadora de su legado. Su historia resuena con la de muchas otras madres que han perdido a sus seres queridos y que ahora son acompañadas por la nueva generación de buscadores, incluidos niños y adolescentes que también claman por justicia.
La marcha, que recorrió desde el Monumento a la Madre hasta el Ángel de la Independencia, estuvo marcada por la presencia de miles de personas que alzaron la voz en un grito colectivo: «¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!». Este clamor no solo es un llamado a la acción, sino también un recordatorio de que la lucha por la verdad y la justicia es una responsabilidad que se hereda de generación en generación.
### La Realidad de la Desaparición Forzada en México
La desaparición forzada es un fenómeno alarmante en México, con más de 127,000 personas reportadas como desaparecidas, según datos oficiales. Esta situación ha sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional, y las madres buscadoras han sido fundamentales en la denuncia de esta crisis. Durante la marcha, se desplegó una gran manta con los rostros de 27 buscadores asesinados desde 2010, un recordatorio sombrío de los riesgos que enfrentan aquellos que se atreven a buscar la verdad.
Las madres no solo exigen justicia para sus hijos, sino que también demandan un cambio en la forma en que el gobierno aborda la crisis de desapariciones. En este sentido, han instado a la presidenta Claudia Sheinbaum a romper con los pactos de impunidad que, según ellas, han permitido que estas prácticas continúen. La falta de acción por parte de las autoridades ha llevado a las madres a cuestionar la complicidad del Estado en estas desapariciones, afirmando que, aunque el gobierno no ordena estas acciones, sí las solapa.
La lucha de las Madres Buscadoras no es solo por sus propios hijos, sino por todos aquellos que han sido víctimas de la violencia y la impunidad en México. En el mitin realizado en el Ángel de la Independencia, las familias reafirmaron su compromiso con la búsqueda de justicia y la verdad, apoyando el proceso que iniciará el CFD en México. Este proceso busca investigar la desaparición forzada de manera sistemática y generalizada, un paso crucial para abordar esta crisis de derechos humanos.
### Un Memorial de Recuerdos y Esperanza
La jornada de protesta culminó con la instalación de un memorial en la Glorieta del Ahuehuete, donde se exhibieron fotografías de más de un centenar de desaparecidos de Jalisco. Este memorial no solo sirve como un homenaje a aquellos que han sido víctimas de la violencia, sino también como un espacio de reflexión sobre la lucha continua de las madres y sus familias.
Las Madres Buscadoras han demostrado que, a pesar del dolor y la pérdida, su lucha por la verdad y la justicia es inquebrantable. Cada marcha, cada grito y cada fotografía de un ser querido desaparecido es un recordatorio de que la búsqueda de justicia no se detendrá. En un país donde la impunidad y la violencia han marcado la vida de muchas familias, estas mujeres se han convertido en un símbolo de resistencia, esperanza y amor incondicional por sus hijos. Su lucha es un llamado a la acción para todos, recordándonos que la búsqueda de la verdad es un derecho fundamental que no debe ser ignorado.