Las administradoras de fondos para el retiro (Afore) han acumulado ganancias significativas en la última década, superando los 134 mil millones de pesos entre 2013 y marzo de 2025. Este crecimiento contrasta drásticamente con las pensiones que reciben los trabajadores del Estado, especialmente los maestros, quienes enfrentan una situación precaria. La reforma a la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) de 2007, que cambió el sistema de pensiones solidarias por uno de cuentas individuales, ha sido objeto de críticas y ha llevado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a convocar a una huelga nacional indefinida el próximo 15 de mayo. Este artículo explora las implicaciones de este cambio en el sistema de pensiones y las oportunidades que se presentan para reformarlo.
El impacto de la reforma de 2007
La reforma de 2007 marcó un cambio radical en el sistema de pensiones para los trabajadores del Estado, incluidos los maestros. Antes de esta reforma, los trabajadores podían esperar una jubilación equivalente a su último salario, garantizada por el gobierno. Sin embargo, el nuevo modelo de cuentas individuales, gestionado por las Afore, ha resultado en pensiones significativamente más bajas. Según datos de la CNTE, un maestro en activo recibe una pensión promedio de 6 mil 800 pesos, lo que representa solo un tercio de lo que habría percibido bajo el antiguo sistema.
Este cambio ha sido calificado como desastroso por expertos en seguridad social. Pedro Hernández, secretario general de la sección 9 de la CNTE, ha señalado que el nuevo esquema no ofrece una pensión digna, sino una renta vitalicia basada en los ahorros del trabajador, que resulta insuficiente para cubrir sus necesidades. Mientras tanto, las Afore han prosperado, generando ingresos multimillonarios a través de comisiones cobradas a los trabajadores. De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), las Afore han administrado aproximadamente 7 billones 200 mil millones de pesos pertenecientes a más de 68 millones de trabajadores.
El sistema de cuentas individuales ha llevado a que un alto porcentaje de trabajadores, aproximadamente el 90% de los maestros en activo, se encuentren en este nuevo esquema. Muchos de ellos no tuvieron la opción de elegir, ya que comenzaron a laborar después de 2007 o fueron engañados por campañas del gobierno y las Afore. Esta situación ha generado un descontento creciente entre los trabajadores, quienes ven en la huelga nacional una oportunidad para exigir cambios significativos en el sistema de pensiones.
Oportunidades para una reforma estructural
Expertos como Gustavo Leal Fernández, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), sostienen que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene una oportunidad histórica para liderar un debate nacional sobre el sistema de pensiones en México. A diferencia de las reformas superficiales que se han implementado en el pasado, como la reforma de 2020 o el Fondo de Pensiones para el Bienestar, que solo benefician a un pequeño grupo de trabajadores, se requiere un enfoque más integral y estructural.
Leal Fernández argumenta que el actual sistema de Afore no garantiza pensiones justas ni dignas, y que la presidenta no debe dejar pasar esta oportunidad con el pretexto de la falta de recursos. La necesidad de un cambio es urgente, y el debate sobre el futuro de las pensiones en México debe incluir alternativas que vayan más allá de soluciones temporales. La experiencia de otros países, como Chile y Colombia, podría servir como modelo para desarrollar un sistema más equitativo y sostenible.
La situación actual de las Afore y su impacto en los trabajadores es un tema que no puede ser ignorado. Con el creciente descontento entre los trabajadores y la presión de organizaciones como la CNTE, el momento para abordar estas cuestiones es ahora. La presidenta Sheinbaum tiene la oportunidad de hacer historia al proponer un cambio real que beneficie a millones de mexicanos, asegurando que todos los trabajadores tengan acceso a pensiones dignas y justas. La falta de acción podría condenar a futuras generaciones a un sistema ineficaz que no responde a sus necesidades.
En resumen, el futuro de las pensiones en México está en juego. Las Afore han demostrado ser un negocio lucrativo, pero a costa de la seguridad financiera de los trabajadores. La reforma del sistema de pensiones es no solo necesaria, sino urgente, y debe ser una prioridad en la agenda política del país. La lucha por pensiones dignas y justas es una batalla que debe ser ganada, y el tiempo para actuar es ahora.