Cientos de miles de estadounidenses, organizados bajo el lema ‘No Kings Day’, salieron a las calles el pasado 14 de junio para manifestarse en contra de las políticas del presidente Donald Trump. Este evento se considera una de las mayores expresiones de repudio hacia su administración desde que asumió su segundo mandato. Las manifestaciones se llevaron a cabo en más de 2,000 lugares a lo largo de los 50 estados, destacando en ciudades como Nueva York, Washington, San Francisco y Los Ángeles.
La consigna ‘No tenemos reyes’ resonó en las voces de los manifestantes, quienes se unieron para expresar su descontento con las políticas antimigrantes, la corrupción y los ataques a los programas de salud y educación. En Washington, un veterano del ejército, Naveed Shah, líder de la agrupación Common Defense, declaró que el desfile militar organizado por Trump no era un acto de patriotismo, sino una demostración de poder. Este desfile coincidió con la celebración del 250 aniversario del ejército de EE.UU. y el cumpleaños número 79 del presidente, lo que generó aún más indignación entre los manifestantes.
Las protestas no solo se limitaron a las grandes ciudades; también se llevaron a cabo en pueblos pequeños, donde los ciudadanos expresaron su rechazo a lo que consideran un desmantelamiento de la democracia. En Westport, Connecticut, una pancarta decía: ‘No a reyes, no a Fuhrer, no a dictadores’. En Adrian, Michigan, un letrero proclamaba: ‘Chinga tu migra. ¡Viva la raza!’. En Chicago, miles de personas se reunieron en la plaza Daley gritando ‘fuera Donald Trump’. Las manifestaciones abarcaron desde Dallas hasta San Diego, mostrando un descontento generalizado que se ha intensificado en los últimos años.
### La Respuesta de Trump a las Protestas
La reacción de Trump ante las manifestaciones ha sido variada, oscilando entre burlas y amenazas. En un tuit, se refirió a las acusaciones de ser un rey, afirmando que no se siente como tal y que ha tenido que enfrentar grandes desafíos para lograr avances en su administración. Sin embargo, en un tono que recuerda a un monarca, advirtió que cualquier manifestante que se atreviera a protestar durante su celebración enfrentaría una ‘fuerza muy fuerte’. Esta mezcla de desdén y advertencias ha alimentado aún más el descontento entre sus opositores.
Las protestas también han sido un espacio para la creatividad y la expresión artística. En Nueva York, los manifestantes marcharon por la Quinta Avenida, entonando canciones icónicas como ‘We’re not going to take it anymore’ de Twisted Sister. Las pancartas variaban desde mensajes directos contra el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) hasta críticas a la élite millonaria, con lemas como ‘La única minoría destruyendo este país es la de los multimillonarios’. La imagen de Trump fue utilizada en múltiples letreros, representándolo como un rey, lo que subraya la percepción de muchos de que su gobierno se asemeja a un régimen autoritario.
La cofundadora de la red de grupos Indivisible, Leah Greenberg, expresó que las manifestaciones eran una respuesta a la percepción de que Trump estaba destruyendo la democracia estadounidense en tiempo real. En un acto de protesta en Washington, una capitana militar retirada criticó el uso de los marines para aterrorizar a las comunidades, afirmando que el país no merece tal abuso de poder. Este tipo de testimonios personales ha sido un elemento clave en las protestas, humanizando el descontento y conectando a los manifestantes con las realidades de las políticas de Trump.
### Un Movimiento en Crecimiento
El ‘No Kings Day’ no solo representa una protesta contra Trump, sino que también simboliza un movimiento más amplio en defensa de la democracia y los derechos civiles. Las manifestaciones han atraído a una diversidad de grupos, desde veteranos del ejército hasta activistas por los derechos de los inmigrantes, todos unidos en su oposición a lo que consideran un ataque a los valores fundamentales de la nación.
La participación masiva en estas protestas sugiere que el descontento con la administración Trump no solo es profundo, sino también generalizado. A medida que se acercan las elecciones, es probable que estas voces de resistencia continúen resonando en todo el país, desafiando las políticas y acciones del presidente. La capacidad de los ciudadanos para organizarse y movilizarse en torno a causas comunes es un testimonio del poder de la democracia participativa, y el ‘No Kings Day’ se erige como un recordatorio de que la resistencia es posible y necesaria en tiempos de crisis política.