La historia de Sasha Sokol y Luis de Llano ha capturado la atención del público y ha abierto un debate crucial sobre la justicia para las víctimas de abuso sexual en México. Este caso, que comenzó en 2022, no solo ha sido un relato personal de dolor y superación, sino que también se ha convertido en un punto de inflexión en la legislación sobre el abuso sexual y el daño moral. A medida que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se prepara para tomar decisiones que podrían cambiar el panorama legal, es esencial entender la cronología de los eventos y las implicaciones que esto tiene para futuras víctimas.
La historia se remonta a marzo de 2022, cuando Luis de Llano, un reconocido productor, admitió en una entrevista que había tenido una «relación» con Sasha Sokol cuando ella era menor de edad. Este reconocimiento fue el catalizador que llevó a Sokol a romper su silencio y denunciar públicamente el abuso que había sufrido. En un emotivo mensaje en redes sociales, Sokol reveló que había sido manipulada por De Llano durante más de tres años, comenzando cuando ella tenía solo 14 años. La revelación fue impactante y resonó en la sociedad, especialmente en el contexto del Día Internacional de la Mujer, lo que amplificó la atención sobre su caso.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, De Llano intentó defenderse, alegando que la relación fue consensuada y que los padres de Sokol estaban al tanto. Sin embargo, esta defensa fue rápidamente desmentida por Sokol, quien anunció su intención de tomar acciones legales. En julio de 2022, Sokol formalizó su denuncia contra De Llano por daño moral, buscando no solo justicia personal, sino también visibilizar a otras víctimas de abuso sexual. Su compromiso fue claro: cualquier indemnización obtenida sería donada a instituciones que apoyan a víctimas de delitos similares.
El proceso legal avanzó y, en mayo de 2023, un juez civil dictó sentencia a favor de Sokol, reconociendo que efectivamente hubo daño moral y que De Llano había abusado de su posición de poder. La condena incluyó una disculpa pública y una indemnización económica. Sin embargo, De Llano no se dio por vencido y apeló la decisión, lo que llevó a una nueva revisión del caso por parte del Tribunal Superior de Justicia, que en septiembre de 2023 confirmó la sentencia original y amplió los efectos de la condena.
La situación llegó a un punto crítico en junio de 2025, cuando la SCJN anunció que revisaría el caso nuevamente. El ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo propuso negar el amparo solicitado por De Llano, lo que podría establecer un precedente significativo: la posibilidad de que las víctimas de abuso sexual puedan demandar a sus agresores sin estar sujetas a un plazo de prescripción en la vía civil. Esta propuesta, de ser aprobada, podría cambiar radicalmente la forma en que se manejan los casos de abuso sexual en México, permitiendo que más víctimas busquen justicia sin el temor de que el tiempo limite su capacidad de actuar.
El caso Sokol-De Llano no solo ha sido un viaje personal para la exintegrante de Timbiriche, sino que también ha puesto de relieve la necesidad de una reforma en la legislación sobre abuso sexual en el país. La lucha de Sokol ha resonado con muchas otras víctimas que han enfrentado situaciones similares, y su valentía al hablar ha inspirado a otros a hacer lo mismo. La atención mediática y el apoyo público que ha recibido han sido fundamentales para mantener el foco en la importancia de la justicia para las víctimas.
A medida que se acerca la fecha de la discusión en la SCJN, la expectativa es alta. La decisión que tome el tribunal no solo afectará a Sokol y De Llano, sino que también tendrá repercusiones en el sistema judicial mexicano y en la forma en que se aborda el abuso sexual en el país. La posibilidad de que las víctimas tengan más tiempo para presentar sus denuncias podría alentar a más personas a hablar y buscar justicia, lo que a su vez podría llevar a un cambio cultural en la percepción del abuso y la responsabilidad de los agresores.
En un contexto donde el abuso sexual ha sido un tema tabú durante mucho tiempo, el caso Sokol-De Llano representa una oportunidad para que la sociedad reflexione sobre la importancia de la protección de los menores y la necesidad de un sistema judicial que apoye a las víctimas. La lucha de Sasha Sokol es un recordatorio de que, aunque el camino hacia la justicia puede ser largo y complicado, es posible lograr un cambio significativo cuando las voces de las víctimas son escuchadas y apoyadas.