La reciente decisión de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, de retirar las estatuas de Fidel Castro y Ernesto ‘Che’ Guevara ha desatado un fuerte debate en la Ciudad de México. La acción, que tuvo lugar el 16 de julio, fue acompañada de una denuncia formal por parte del diputado de Morena, Víctor Romo, quien se unió a los vecinos de la colonia Tabacalera para expresar su desacuerdo con la medida. La controversia no solo se centra en la retirada de las esculturas, sino también en las implicaciones políticas y sociales que esta decisión conlleva.
**Motivos del Retiro de las Esculturas**
La Dirección General de Cultura y Educación (DGCE) de la alcaldía justificó el retiro de las estatuas alegando que se habían identificado irregularidades en su instalación. Según la información proporcionada, las esculturas fueron colocadas inicialmente en 2018 sin la autorización correspondiente y, aunque se intentó reinstalarlas en 2019, el proceso no se completó adecuadamente. Esta falta de documentación y cumplimiento de los procedimientos necesarios ha sido citada como la razón principal detrás de la decisión de la alcaldía.
Sin embargo, muchos ciudadanos y figuras políticas han cuestionado la validez de esta justificación. El diputado Romo, en sus declaraciones, enfatizó que la memoria histórica debe ser respetada y que la retirada de estas figuras representa un intento de borrar parte de la historia reciente de la región. La controversia se intensificó cuando se convocó a una marcha en protesta por el retiro de las esculturas, lo que refleja el descontento de una parte significativa de la población.
**Reacciones y Propuestas de Recuperación**
La respuesta a la decisión de la alcaldesa no se ha hecho esperar. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, ha manifestado su intención de recuperar las estatuas y reubicarlas en un lugar simbólico de la capital. En sus declaraciones, Brugada aseguró que las esculturas, actualmente resguardadas por la alcaldía, deberían ser devueltas a la comunidad, donde puedan ser apreciadas por todos. «Queremos recuperar las esculturas, que hoy están en una bodega, queremos recuperarlas; así que, de manera respetuosa, vamos a pedirle a la alcaldía Cuauhtémoc que nos haga llegar las esculturas», afirmó.
Esta propuesta ha generado un nuevo debate sobre el lugar que deben ocupar figuras históricas como Castro y Guevara en el espacio público. Para algunos, estas estatuas representan un legado de lucha y resistencia, mientras que otros las ven como símbolos de divisiones políticas y sociales. La discusión sobre su reubicación no solo se limita a la estética urbana, sino que también toca temas de identidad cultural y memoria colectiva.
La controversia ha atraído la atención de diversos sectores, incluyendo partidos políticos y organizaciones sociales. El Partido Comunista, por ejemplo, ha expresado su rechazo al retiro de las esculturas, argumentando que estas figuras son parte integral de la historia de la lucha por la justicia social en América Latina. Esta postura ha llevado a un aumento en la movilización de grupos que buscan preservar lo que consideran un patrimonio cultural.
**Implicaciones Políticas y Sociales**
El retiro de las estatuas de Fidel Castro y el Che Guevara no es solo un asunto de arte público; es un reflejo de las tensiones políticas que existen en la Ciudad de México y en el país en general. La decisión de la alcaldesa ha sido interpretada por algunos como un intento de desmarcarse de un legado que, aunque controvertido, sigue siendo relevante para muchos. La polarización en torno a este tema es evidente, y las reacciones de la comunidad han puesto de manifiesto la diversidad de opiniones sobre la figura de estos líderes históricos.
La situación también plantea preguntas sobre el papel de las autoridades en la gestión del patrimonio cultural. ¿Deberían las decisiones sobre la instalación o retirada de esculturas ser tomadas únicamente por las autoridades locales, o debería haber un proceso más inclusivo que considere la opinión de la comunidad? Esta es una cuestión que seguramente seguirá siendo debatida en los próximos meses, a medida que se desarrollen los acontecimientos.
En medio de esta controversia, la figura de la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega se encuentra en el centro de la atención pública. Su administración ha sido criticada por algunos sectores, mientras que otros la apoyan en su intento de regular el espacio público. La forma en que maneje esta situación podría tener repercusiones significativas en su futuro político y en la percepción de su gestión por parte de los ciudadanos de Cuauhtémoc y más allá.