Recientemente, México y Estados Unidos han formalizado un acuerdo significativo para enfrentar el problema de la contaminación en el río Tijuana, un tema que ha persistido durante años y que ha tenido repercusiones graves en la salud pública y el medio ambiente. Este acuerdo, que incluye un cronograma específico y pasos concretos, busca mitigar el impacto de las aguas residuales y los químicos tóxicos que fluyen desde Tijuana hacia el océano Pacífico, afectando las playas de California y la salud de quienes las utilizan.
### Un Problema de Salud Pública y Ambiental
El río Tijuana, que se extiende a lo largo de 195 kilómetros, ha sido un foco de contaminación debido a la descarga de miles de millones de litros de aguas residuales sin tratar. Desde 2018, se han vertido más de 378 millones de litros de aguas residuales cargadas de productos químicos industriales y basura en el río, lo que ha llevado al cierre de playas y ha provocado enfermedades entre nadadores, surfistas y otros usuarios del agua. La situación se ha vuelto tan crítica que incluso los miembros del equipo SEAL de la Marina de Estados Unidos han reportado problemas de salud relacionados con la contaminación en las aguas donde entrenan.
La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Alicia Bárcena, destacó el compromiso de ambos países para fortalecer la cooperación en este ámbito. Durante una reunión con el administrador de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, Lee Zeldin, se enfatizó la necesidad de abordar esta crisis de salud pública que ha afectado a las comunidades a lo largo del río Tijuana durante demasiado tiempo.
Zeldin, quien visitó la frontera y se reunió con funcionarios mexicanos, expresó su preocupación por la degradación del valle del río y el impacto en las playas cercanas. Su visita fue un llamado de atención sobre la urgencia de encontrar soluciones efectivas y sostenibles para este problema que ha persistido a lo largo de varias administraciones.
### Detalles del Acuerdo y Proyectos Futuros
El acuerdo firmado entre México y Estados Unidos incluye un compromiso de México para completar una asignación de 93 millones de dólares destinados a proyectos de infraestructura que ayudarán a mitigar la contaminación. Este compromiso se extiende hasta 2027 y se centra en la mejora de las plantas de tratamiento de aguas residuales en Tijuana, que han estado operando por debajo de su capacidad debido al crecimiento de la población y la industria local.
Alicia Bárcena también mencionó que el gobierno mexicano planea ampliar una planta de tratamiento de aguas residuales, lo que contribuirá a reducir la contaminación que llega a la costa. Además, se espera que México desvíe 37.8 millones de litros por día de aguas residuales tratadas lejos de la costa, lo que representa un paso importante hacia la mejora de la calidad del agua en la región.
Por su parte, Estados Unidos se ha comprometido a completar la expansión de la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales de South Bay, lo que también contribuirá a la solución del problema. Este enfoque colaborativo es un ejemplo de cómo la cooperación entre naciones puede abordar desafíos ambientales complejos que afectan a ambos lados de la frontera.
La firma de este acuerdo se produce en un contexto donde se han asignado más de 653 millones de dólares desde 2020 para abordar la crisis de contaminación en el río Tijuana. Sin embargo, a pesar de estas inversiones, la crisis ha persistido en gran medida debido a retrasos en la implementación de proyectos por parte del gobierno mexicano, según lo señalado por Zeldin.
Este nuevo acuerdo representa una oportunidad para que ambos países trabajen juntos de manera más efectiva y coordinada, no solo para resolver el problema inmediato de la contaminación, sino también para establecer un marco de cooperación a largo plazo que garantice la salud pública y la protección del medio ambiente en la región fronteriza. La colaboración entre México y Estados Unidos en este ámbito es crucial, dado que la contaminación del río Tijuana no solo afecta a las comunidades locales, sino que también tiene repercusiones en la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses que disfrutan de las playas de California.
La situación del río Tijuana es un recordatorio de la importancia de la gestión adecuada de los recursos hídricos y la necesidad de una infraestructura adecuada para el tratamiento de aguas residuales. A medida que ambos países avanzan en la implementación de este acuerdo, la esperanza es que se logren mejoras significativas en la calidad del agua y la salud pública en la región, beneficiando a las comunidades a ambos lados de la frontera.