Las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos han alcanzado un nuevo nivel, con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, liderando las negociaciones para evitar la implementación de aranceles del 30% a productos mexicanos. Durante una reciente conferencia de prensa en Palacio Nacional, Sheinbaum destacó la importancia de estas conversaciones, que se llevan a cabo en un contexto de incertidumbre económica y política. La mandataria confió en que se logrará un acuerdo antes del viernes, fecha límite para la entrada en vigor de los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ha estado en contacto constante con sus homólogos estadounidenses, incluyendo al secretario de Comercio y al USTR, el representante comercial de Estados Unidos. Sheinbaum reveló que Ebrard ha mantenido un diálogo activo, con al menos tres conversaciones con el secretario de Estado, Marco Rubio. Aunque la presidenta no descartó la posibilidad de un contacto directo con Trump, enfatizó que, por el momento, las discusiones se están llevando a cabo a nivel de secretarios y equipos técnicos.
La presidenta subrayó que, aunque las decisiones finales dependen de Trump, el diálogo ha sido constante y constructivo. «Esperamos que pueda haber un buen acuerdo por la relación que estamos teniendo. No queremos adelantar nada porque todavía no hay nada concreto. Estamos esperando de aquí al viernes para poder informar», comentó. Esta declaración refleja la delicada situación en la que se encuentra México, que depende en gran medida de su relación comercial con Estados Unidos.
Para abordar el impacto potencial de los aranceles, el gabinete económico de Sheinbaum se reúne semanalmente. En estas reuniones participan los titulares de las secretarías de Economía, Relaciones Exteriores, Agricultura, Energía y Trabajo, quienes analizan las posibles repercusiones de los aranceles y preparan alternativas de respuesta. La presidenta mencionó que se discuten temas relacionados con el impacto de los aranceles en México y las acciones específicas que se están tomando bajo el Plan México.
Además de las negociaciones comerciales, Sheinbaum también enfatizó la importancia de seguir de cerca las inversiones y la digitalización de los procesos productivos en el país. Cada lunes, su gabinete realiza tres reuniones: una por la mañana con Hacienda y Economía, y otra por la tarde con Salud. Esta estructura de reuniones refleja un enfoque proactivo del gobierno para manejar la situación económica y comercial del país.
En el contexto de estas negociaciones, es importante destacar que la presidenta ha enfrentado críticas por sus vacaciones, que algunos consideran un intento de desviar la atención de temas más serios, como la corrupción. Sin embargo, Sheinbaum ha defendido su derecho a tomar vacaciones, argumentando que lo hace con su propio patrimonio y no con recursos públicos. Esta defensa se produce en un momento en que la austeridad y la transparencia son temas candentes en la política mexicana.
Por otro lado, la presidenta también ha resaltado logros significativos de su administración, como el ahorro histórico de 50 mil millones de pesos en la compra de medicamentos. Este ahorro ha permitido que el IMSS alcance una cobertura de 96-97% y el ISSSTE un 93%, mientras que el programa IMSS-Bienestar muestra avances significativos. Estos logros son parte de la narrativa que Sheinbaum busca presentar en el Congreso Panamericano, donde planea destacar los éxitos de la Cuarta Transformación (4T) en México.
A medida que se acercan las fechas límite para las negociaciones comerciales, el gobierno de Sheinbaum se enfrenta a un desafío monumental. La posibilidad de aranceles podría tener un impacto devastador en la economía mexicana, que ya se encuentra en una situación vulnerable debido a la pandemia y otros factores económicos. La presidenta ha dejado claro que su administración está comprometida a encontrar soluciones y alternativas que protejan los intereses de México y sus ciudadanos.
Las próximas horas serán cruciales para determinar el rumbo de estas negociaciones. La presión sobre el gobierno de Sheinbaum es alta, y la comunidad empresarial y la población en general están a la expectativa de los resultados. La capacidad de la presidenta para manejar esta situación no solo afectará la economía, sino también su legado político y la estabilidad del país en el futuro.