La reciente controversia que involucra al popular youtuber Mr. Beast ha captado la atención de los medios y del público en general, tras la decisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de iniciar un proceso legal en su contra. Este conflicto surge a raíz de la grabación de un documental en las zonas arqueológicas de Chichén Itzá y Calakmul, donde se alega que el creador de contenido violó los términos del permiso otorgado para realizar su proyecto.
La Secretaría de Cultura de México y el INAH han emitido un comunicado en el que explican que el youtuber no solo incumplió el acuerdo de conformidad, sino que también utilizó el permiso para realizar una producción diferente a la autorizada. En este sentido, se menciona que el contenido adicional incluía promociones de su marca de chocolates, Mr. Beast Feastables, así como de otras empresas como Walmart y 7Eleven. Esta situación ha llevado a las autoridades a considerar que se ha hecho un uso indebido de los sitios arqueológicos para fines comerciales, lo que podría acarrear sanciones significativas.
### La Postura del INAH y la Secretaría de Cultura
El INAH ha dejado claro que la grabación del documental estaba programada para realizarse en varios sitios arqueológicos, pero que el youtuber abusó de la buena voluntad de las instituciones al expandir el contenido más allá de lo permitido. Según el comunicado, esto no solo representa una violación de los términos del permiso, sino que también pone en riesgo el patrimonio cultural de México. La autoridad ha enfatizado que el caso será analizado en instancias jurídico-administrativas, lo que podría resultar en multas y otras sanciones para la productora Full Circle Media SA de CV, responsable del proyecto.
La controversia ha generado un debate sobre la regulación de actividades en sitios considerados patrimonio cultural. Expertos en legislación del patrimonio cultural, como Bolfy Cottom, han expresado su preocupación sobre cómo se otorgaron los permisos en primer lugar. Cottom argumenta que el INAH debió haber sido más riguroso en la evaluación de la solicitud de Mr. Beast, sugiriendo que la falta de una normatividad clara para regular estas actividades es un problema que debe ser abordado.
### La Respuesta de Mr. Beast
Por su parte, Mr. Beast ha defendido su trabajo, afirmando que no ha violado ninguna legislación y que su intención era promover la cultura maya y el patrimonio arqueológico de México. En un mensaje publicado en sus redes sociales, el youtuber expresó su sorpresa ante la sanción, asegurando que su equipo había tomado medidas para filmar de manera respetuosa y profesional. Según él, las escenas que involucraban su producto se grabaron lejos de los monumentos nacionales, lo que, según su perspectiva, debería haber mitigado cualquier preocupación sobre la integridad de los sitios arqueológicos.
Mr. Beast también mencionó que había estado colaborando con el INAH en un fondo destinado a apoyar la arqueología mexicana, lo que añade una capa de complejidad a la discusión. Sin embargo, el INAH no ha confirmado esta colaboración, lo que deja en el aire la veracidad de las afirmaciones del youtuber.
La situación ha suscitado una variedad de reacciones en las redes sociales, donde los seguidores de Mr. Beast han defendido su trabajo, mientras que otros han criticado la falta de respeto hacia el patrimonio cultural. Este caso pone de relieve la tensión entre la creación de contenido digital y la preservación del patrimonio cultural, un tema que se vuelve cada vez más relevante en la era de las redes sociales y el contenido viral.
La controversia no solo afecta a Mr. Beast y su productora, sino que también plantea preguntas sobre cómo se deben manejar las colaboraciones entre creadores de contenido y entidades gubernamentales encargadas de la protección del patrimonio cultural. A medida que el caso avanza, será interesante observar cómo se desarrollan las negociaciones y si se establecerán nuevas regulaciones para prevenir situaciones similares en el futuro.
Este episodio resalta la necesidad de un marco normativo más robusto que regule las actividades en sitios arqueológicos, asegurando que se respete el patrimonio cultural mientras se permite la innovación y la promoción de la cultura a través de plataformas digitales. La interacción entre la cultura, la tecnología y la legislación seguirá siendo un tema candente en los próximos años, especialmente a medida que más creadores de contenido busquen explorar y documentar la rica herencia cultural de México y otros países.