La situación laboral de los jóvenes en la Ciudad de México es un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente en un contexto donde la precariedad laboral se ha vuelto una constante. Un reciente estudio del Observatorio de la Ciudad de México revela que ocho de cada diez jóvenes que trabajan lo hacen en condiciones de precariedad, lo que significa que carecen de seguridad social y no perciben ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Este fenómeno no solo afecta la calidad de vida de los jóvenes, sino que también plantea serios desafíos para la movilidad social y el desarrollo económico de la región.
La investigación, titulada «¿Qué pasa con las juventudes y el trabajo?», proporciona una visión detallada de la situación laboral de los jóvenes de entre 15 y 29 años en la capital. De los aproximadamente 2 millones de jóvenes en este rango de edad, se estima que la mitad está empleada. Sin embargo, el panorama es desalentador: el 45% de ellos gana hasta un salario mínimo, mientras que solo un 1% logra obtener cinco o más salarios mínimos. Esta disparidad en los ingresos es un reflejo de la precariedad que enfrentan muchos jóvenes en el mercado laboral.
### La Composición del Empleo Juvenil
El estudio también desglosa la composición del empleo juvenil en la Ciudad de México. Un 22% de los jóvenes trabaja en el sector comercio, mientras que otro 22% se emplea en restaurantes y establecimientos de hospedaje. Además, un 18% se dedica a prestar servicios profesionales, financieros o corporativos. Es notable que cuatro de cada diez jóvenes laboran en micro o pequeñas unidades económicas, lo que indica una alta dependencia de este tipo de empleos, que suelen ofrecer condiciones laborales inestables.
Otro dato alarmante es que 116 mil jóvenes realizan labores domésticas de cuidado sin recibir pago, y de este grupo, el 77% son mujeres. Esto pone de manifiesto la desigualdad de género que persiste en el ámbito laboral, donde las mujeres no solo enfrentan mayores dificultades para acceder a empleos formales, sino que también asumen la carga de trabajos no remunerados que son esenciales para el funcionamiento de la sociedad.
El estudio también destaca que 259 mil jóvenes se encuentran fuera de la escuela, del trabajo y de actividades de capacitación. De estos, 192 mil no tienen estudios universitarios, mientras que otros 184 mil son estudiantes que viven en situación de pobreza. Esta realidad plantea un desafío significativo para las políticas públicas, ya que la falta de educación y oportunidades laborales dignas puede perpetuar ciclos de pobreza y exclusión social.
### La Respuesta del Gobierno y Proyectos de Autogestión
En respuesta a esta alarmante situación, el Gobierno de la Ciudad de México ha implementado programas de apoyo económico dirigidos a colectivos juveniles en las 16 alcaldías. Estos programas buscan fomentar proyectos de autogestión en áreas como la cultura, el medio ambiente, la educación, la salud y la equidad de género. En un acto reciente celebrado en la Plaza Tlaxcoaque, la titular del Ejecutivo local, Clara Brugada Molina, enfatizó la importancia de reconocer a los jóvenes como motores de transformación social.
Entre las iniciativas destacadas se encuentran talleres comunitarios de carpintería que utilizan madera recuperada, así como el programa «Barrio al Universo», que organiza caravanas de jóvenes para visitar colonias marginadas y fomentar el interés por la ciencia. Estas acciones no solo buscan empoderar a los jóvenes, sino también crear un sentido de comunidad y pertenencia, lo cual es fundamental para su desarrollo personal y profesional.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el estudio concluye que tener una población joven numerosa no garantiza su inclusión ni la movilidad social. La precariedad laboral se ha normalizado para la mayoría de los jóvenes, y persisten brechas estructurales que afectan desproporcionadamente a las mujeres, como la desigualdad de género y la falta de servicios de cuidado. Esto resalta la necesidad de políticas más integrales que aborden no solo la creación de empleo, sino también la mejora de las condiciones laborales y la promoción de la igualdad de oportunidades.
La situación laboral de los jóvenes en la Ciudad de México es un reflejo de problemas más amplios que afectan a la sociedad en su conjunto. La precariedad laboral, la desigualdad de género y la falta de acceso a educación de calidad son solo algunos de los desafíos que deben ser abordados de manera urgente. Las políticas públicas deben ser más inclusivas y considerar las realidades diversas de la juventud para garantizar un futuro más prometedor y equitativo para todos.
