En la reciente reunión de política monetaria del Banco de México, se discutió la situación actual de la economía nacional, que se encuentra en un periodo de estancamiento. Este diagnóstico ha llevado a los miembros de la junta a ajustar sus proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025, reduciéndolas de un 0.6% a un 0.1%. Este cambio se justifica por la creciente debilidad de la economía mexicana, que se ve agravada por los desafíos globales, especialmente aquellos derivados de la política comercial de Estados Unidos. Sin embargo, esta visión puede ser demasiado simplista y no refleja la complejidad de la realidad económica en el país.
### La Dualidad de los Indicadores Económicos
A pesar de las proyecciones pesimistas del PIB, otros indicadores sugieren que la economía mexicana está experimentando un crecimiento notable en ciertos aspectos. Por ejemplo, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revela que la pobreza laboral ha disminuido al 33.9%, el nivel más bajo registrado hasta la fecha. Este dato contrasta fuertemente con la narrativa de estancamiento y sugiere que, a pesar de los desafíos, hay avances significativos en la calidad de vida de muchos mexicanos.
Además, la inversión extranjera directa (IED) ha alcanzado cifras récord. En 2024, el país recibió 36 mil 872 millones de dólares en IED, la cifra más alta desde que se comenzó a registrar este indicador en 1999. En el primer trimestre de 2025, la IED continuó su tendencia ascendente, alcanzando los 21 mil 400 millones de dólares. Estos datos son cruciales, ya que la inversión extranjera es un motor importante para el crecimiento económico y la creación de empleo.
Para aquellos que son escépticos respecto a las cifras proporcionadas por las autoridades mexicanas, el Reporte Económico de América Latina y el Caribe del Banco Mundial destaca que México ha sido el país de la región con la mayor reducción de la pobreza entre 2018 y 2023. Este periodo, que algunos críticos asocian con una supuesta «catástrofe» provocada por políticas populistas, en realidad muestra que la economía mexicana ha logrado avances significativos en la reducción de la pobreza.
### El PIB como un Indicador Limitado
La dependencia del PIB como principal indicador de la salud económica es problemática. Este enfoque puede distorsionar la realidad y no refleja adecuadamente las condiciones de vida de los trabajadores y las empresas. La obsesión por el crecimiento del PIB ha llevado a ignorar otros factores cruciales que afectan el bienestar de la población. Por ejemplo, el PIB no toma en cuenta la distribución de la riqueza, la desigualdad social o el impacto ambiental de las actividades económicas.
La narrativa neoliberal que sostiene que la única forma de combatir la pobreza es generando nueva riqueza, y que cualquier intento de redistribuir la existente es perjudicial, ha sido ampliamente cuestionada. Las naciones desarrolladas han alcanzado sus niveles de bienestar a través de un equilibrio entre una economía de mercado y políticas de bienestar social. Por lo tanto, es esencial considerar indicadores alternativos que ofrezcan una visión más completa de la realidad económica.
Indicadores como el índice de desarrollo humano, el índice de progreso real y el índice de bienestar económico sostenible son ejemplos de métricas que pueden proporcionar una imagen más precisa de las condiciones de vida de la población. Estos índices tienen en cuenta factores que la economía tradicional suele pasar por alto, como el impacto ecológico de las actividades humanas y la calidad de vida en general.
La insistencia en utilizar el PIB como el único termómetro de la economía puede llevar a una desconexión entre las políticas económicas y las realidades cotidianas que enfrentan los ciudadanos. Es fundamental que los responsables de la formulación de políticas reconozcan la importancia de una visión más holística de la economía, que incluya no solo el crecimiento, sino también la equidad y la sostenibilidad.
En resumen, la economía mexicana presenta un panorama complejo que no puede ser reducido a un solo indicador. Mientras que el PIB puede ofrecer una visión limitada del crecimiento económico, otros datos sugieren que hay avances significativos en la reducción de la pobreza y en la atracción de inversión extranjera. Es crucial que se adopte un enfoque más integral para evaluar la salud económica del país, que contemple tanto el crecimiento como el bienestar de la población.