En un evento histórico para la Iglesia Católica, el cardenal Robert Francis Prevost ha sido elegido como el Papa León XIV, convirtiéndose en el primer pontífice estadounidense. En una reciente entrevista, su hermano, John Prevost, compartió sus pensamientos sobre este significativo acontecimiento, así como sobre la vida y valores de su hermano. La conversación se llevó a cabo en su hogar en New Lenox, Illinois, donde John reflexionó sobre el impacto que esta elección tiene no solo en su familia, sino también en la comunidad católica en general.
### La Trayectoria de León XIV y su Lazo con Jorge Mario Bergoglio
Desde sus inicios, el nuevo Papa ha estado marcado por su deseo de ayudar a los oprimidos y a aquellos que son ignorados por la sociedad. John Prevost destacó que su hermano tiene un gran compromiso con la justicia social, un valor que también compartía su predecesor, el Papa Francisco. «León XIV seguirá los pasos de Francisco», afirmó John, quien enfatizó la amistad que existía entre ambos antes de que León XIV asumiera el papado.
La historia de León XIV comienza en Dolton, Illinois, donde creció en una familia profundamente involucrada en la comunidad y la iglesia. Su padre, Louis Prevost, fue superintendente escolar, mientras que su madre, Mildred, era bibliotecaria y participaba activamente en la vida parroquial. Esta educación en un entorno de servicio y dedicación a la comunidad ha influido en su enfoque pastoral.
A lo largo de su carrera, León XIV ha trabajado en diversas partes del mundo, incluyendo Perú, donde pasó gran parte de su vida sacerdotal. Esta experiencia internacional le ha proporcionado una perspectiva única sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia en la actualidad, especialmente en temas como la migración y la pobreza. John Prevost mencionó que su hermano no se quedará callado ante las injusticias y que utilizará su nueva plataforma para abogar por aquellos que no tienen voz.
### La Vida Personal de León XIV y su Impacto Familiar
La elección de León XIV ha traído consigo una oleada de atención mediática, lo que ha sido un cambio drástico para la familia Prevost. John compartió que el día de la elección fue un torbellino de emociones, con su teléfono sonando constantemente y su casa rodeada de periodistas. A pesar de la atención, John se mostró orgulloso y emocionado por el logro de su hermano, reflexionando sobre cómo sus padres, que ya han fallecido, estarían increíblemente orgullosos de su hijo.
«Es algo absolutamente increíble. Algo que ni en sueños era posible», comentó John, al recordar cómo su familia ha estado unida a lo largo de los años. La relación entre los hermanos ha sido cercana, con conversaciones diarias que han fortalecido su vínculo. Sin embargo, desde que comenzó el cónclave, John no ha podido comunicarse con León XIV, lo que ha añadido un aire de nostalgia a su reflexión.
A pesar de la distancia, John Prevost mantiene la esperanza de visitar a su hermano en Roma y compartir momentos juntos. Se mostró curioso sobre cómo León XIV manejará su tiempo y si encontrará momentos para relajarse en medio de sus nuevas responsabilidades. Además, aclaró un rumor que ha circulado en los medios: el nuevo Papa no es aficionado a los Cachorros de Chicago, como se ha informado, sino que siempre ha sido un seguidor de los White Sox.
La elección de León XIV representa un cambio significativo en la historia de la Iglesia Católica, no solo por su nacionalidad, sino también por su enfoque en la justicia social y la inclusión. Su hermano, John, está convencido de que su hermano no solo seguirá el legado de Francisco, sino que también aportará su propia visión y estilo a la dirección de la Iglesia. Con un fuerte deseo de ayudar a los necesitados y un compromiso con la paz, León XIV está preparado para enfrentar los desafíos que se presenten en su papado.
La comunidad católica y el mundo en general observan con interés cómo se desarrollará este nuevo capítulo en la historia de la Iglesia bajo el liderazgo de León XIV. La combinación de su experiencia, valores y la influencia de su entorno familiar promete un papado que podría marcar un antes y un después en la forma en que la Iglesia aborda los problemas contemporáneos.