La historia del sufragio femenino en México es un relato de perseverancia y lucha por la igualdad. Este 3 de julio de 2025, se conmemoran 70 años desde que las mujeres mexicanas ejercieron su derecho al voto por primera vez en una jornada electoral. Sin embargo, este hito no fue un evento aislado, sino el resultado de un largo proceso que comenzó mucho antes, en el contexto de un país que ha ido transformándose a lo largo de las décadas.
La lucha por el sufragio femenino en México se remonta a finales del siglo XIX. Entre 1884 y 1887, la revista «Violetas del Anáhuac» se convirtió en una de las primeras voces que clamaron por el derecho al voto de las mujeres, aunque su esfuerzo no tuvo éxito en ese momento. En 1910, durante la Revolución Mexicana, el colectivo antirreeleccionista «Las Hijas de Cuauhtémoc» se unió a la causa de Francisco I. Madero, buscando no solo un cambio político, sino también la inclusión de las mujeres en el proceso electoral.
El Primer Congreso Feminista, celebrado el 13 de enero de 1916, fue un punto de inflexión. Impulsado por Salvador Alvarado, gobernador de Yucatán, este congreso demandó el derecho al voto para las mujeres. Aunque no se logró la aprobación inmediata, sentó las bases para futuras reivindicaciones. En 1923, el gobernador de San Luis Potosí, Aurelio Manrique, expidió un decreto que otorgaba a las mujeres el derecho a votar en elecciones municipales, aunque este fue revocado al año siguiente. A pesar de los obstáculos, algunas mujeres lograron ser electas, como Raquel Dzib y Elvia Carrillo Puerto, quienes enfrentaron amenazas y violencia que las obligaron a renunciar a sus cargos.
El camino hacia el sufragio universal fue largo y lleno de desafíos. Durante el régimen cardenista, se presentó una iniciativa para otorgar el derecho al voto a las mujeres a nivel federal, pero quedó inconclusa. No fue sino hasta 1947, bajo el gobierno de Miguel Alemán Valdés, que se publicó la reforma al artículo 115 constitucional, permitiendo a las mujeres votar en elecciones municipales. Sin embargo, la lucha continuó, y en 1952, el presidente Adolfo Ruiz Cortines envió al Congreso un proyecto de reformas que finalmente se concretó en 1953, permitiendo a las mujeres votar en elecciones federales.
El 3 de julio de 1955, las mujeres mexicanas asistieron a las urnas por primera vez, eligiendo a los representantes de la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión. Este evento marcó un antes y un después en la historia política del país. Con el tiempo, la representación femenina en la política ha ido en aumento. Aurora Jiménez se convirtió en la primera diputada federal en 1954, y en 1964, María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia fueron las primeras senadoras electas. En 1979, Griselda Álvarez hizo historia al convertirse en la primera gobernadora electa en México.
**La Participación Femenina en la Política Actual**
En la actualidad, la participación de las mujeres en la política mexicana ha alcanzado niveles significativos. Durante las elecciones federales ordinarias más recientes, donde Claudia Sheinbaum fue electa como la primera mujer presidenta, se reveló que las mujeres votan en mayor proporción que los hombres. Según un estudio del Instituto Nacional Electoral (INE), el 64.3% de las mujeres votaron en las elecciones del 2 de junio de 2024, en comparación con el 54.8% de los hombres. Este aumento en la participación refleja un cambio en la percepción y el papel de las mujeres en la política.
En 2025, en una elección extraordinaria del Poder Judicial, de 397 candidaturas, 186 correspondieron a mujeres, lo que representa un 46.85%. Aunque aún existen disparidades en el registro de candidaturas, la tendencia es positiva. De acuerdo con datos de la ONU, México se encuentra entre los seis países que tienen un 50% o más de mujeres en sus cámaras bajas o parlamentos unicamerales, junto a naciones como Ruanda y Cuba.
Las cuotas de género han sido un factor crucial en este avance. En países donde se han implementado, la representación femenina en los parlamentos ha aumentado significativamente. Según un informe de ONU Mujeres, en los países con cuotas legisladas, la representación de las mujeres es cinco puntos porcentuales superior en los parlamentos y siete puntos en los gobiernos locales, en comparación con aquellos que no cuentan con dicha legislación.
A nivel internacional, 27 países tienen mujeres en posiciones de liderazgo como jefas de Estado o de Gobierno. En México, varias mujeres se desempeñan como gobernadoras, incluyendo a Rocío Nahle en Veracruz y Delfina Gómez en el Estado de México, entre otras. Este panorama muestra que, aunque el camino hacia la igualdad de género en la política aún tiene desafíos por enfrentar, los avances son innegables y continúan moldeando el futuro del país.