El asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el 23 de marzo de 1994, marcó un hito en la historia política de México. Este magnicidio no solo conmocionó al país, sino que también dejó un legado de dudas y teorías de conspiración que persisten hasta el día de hoy. Recientemente, el nombre de Jorge Antonio Sánchez Ortega ha vuelto a cobrar relevancia tras su detención en noviembre de 2025, siendo señalado como un posible coautor del asesinato. Este artículo explora los antecedentes de su liberación en 1994, así como las nuevas investigaciones que han surgido en torno a su participación en el caso.
La detención inicial de Jorge Antonio Sánchez Ortega se produjo el mismo día del asesinato de Colosio, cuando este se encontraba en un mitin en Lomas Taurinas, Tijuana. En medio de la multitud, Colosio fue abatido por disparos que le causaron la muerte. Sánchez Ortega, quien era un agente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), fue arrestado debido a que su ropa estaba manchada con la sangre del candidato. En su defensa, argumentó que había intentado ayudar en el traslado del cuerpo a un hospital, lo que generó dudas sobre su implicación real en el crimen.
A pesar de que la prueba de rodizonato de sodio, que detecta residuos de disparos, dio positivo en su persona, fue liberado por falta de pruebas contundentes que lo incriminaran. Este hecho ha sido objeto de controversia y especulación, ya que muchos consideran que su liberación fue el resultado de una manipulación política o de complicidades dentro de las instituciones de seguridad del país. La falta de un seguimiento adecuado a las pruebas y la rapidez con la que se desestimaron las acusaciones han alimentado las teorías de conspiración que rodean el caso Colosio.
### Nuevas Investigaciones y Revelaciones
Tres décadas después del asesinato, el caso ha cobrado nueva vida gracias a las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR). En 2024, la FGR inició un proceso de indagación a solicitud de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), lo que llevó a que el nombre de Sánchez Ortega volviera a ser mencionado en el contexto del magnicidio. Durante una conferencia de prensa, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que las investigaciones apuntan a la posible intervención de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, en la liberación de Sánchez Ortega.
López Obrador afirmó que García Luna, quien había ingresado al Cisen en 1989, podría haber jugado un papel crucial en el “rescate” de Sánchez Ortega tras su detención inicial. Esta declaración ha reavivado el interés por el caso y ha llevado a muchos a cuestionar la integridad de las investigaciones que se llevaron a cabo en su momento. La FGR solicitó una orden de aprehensión contra Sánchez Ortega en enero de 2024, pero un juez del Estado de México la negó, lo que generó más dudas sobre la imparcialidad del sistema judicial.
A pesar de los obstáculos legales, la FGR continuó su lucha por obtener justicia en el caso Colosio. En agosto de 2024, el Primer Tribunal Colegiado de Apelación del Segundo Circuito reiteró la negativa a la orden de aprehensión, lo que dejó a muchos preguntándose si realmente se estaba haciendo un esfuerzo genuino por esclarecer los hechos. La reciente detención de Sánchez Ortega en noviembre de 2025, bajo una orden federal, ha traído consigo una nueva ola de especulaciones y análisis sobre su papel en el asesinato de Colosio y las implicaciones que esto podría tener para el sistema político mexicano.
### Implicaciones Políticas y Sociales
El caso Colosio no solo es un tema de interés legal, sino que también tiene profundas implicaciones políticas y sociales. La figura de Colosio, un político carismático que representaba un cambio dentro del PRI, se ha convertido en un símbolo de la lucha por la democracia en México. Su asesinato fue un golpe devastador para el país y dejó una estela de incertidumbre sobre la seguridad de los políticos y la integridad de las instituciones.
La reaparición de Jorge Antonio Sánchez Ortega en el escenario público plantea preguntas sobre la justicia en México y la capacidad del sistema judicial para enfrentar casos de alto perfil. La percepción de que ciertos individuos pueden evadir la justicia debido a conexiones políticas o corrupción ha alimentado el descontento social y la desconfianza en las instituciones. La lucha por esclarecer el caso Colosio es, en muchos sentidos, una lucha por la credibilidad del sistema democrático mexicano.
Además, el hecho de que el caso haya permanecido sin resolverse durante tanto tiempo ha permitido que surjan diversas teorías de conspiración, que van desde la implicación de grupos criminales hasta la intervención de actores políticos. Esto ha contribuido a un clima de desconfianza y ha dificultado la reconciliación nacional. La búsqueda de justicia en el caso Colosio es, por lo tanto, un paso crucial para restaurar la fe en las instituciones y en el proceso democrático.
La reciente detención de Sánchez Ortega podría ser un punto de inflexión en la larga historia del caso Colosio. Sin embargo, la efectividad de las investigaciones y el proceso judicial determinarán si finalmente se logra esclarecer lo sucedido y se hace justicia por el asesinato de uno de los políticos más prometedores de México. La sociedad mexicana sigue atenta a los desarrollos de este caso, esperando que, después de tantos años de incertidumbre, se arroje luz sobre lo que realmente ocurrió el 23 de marzo de 1994.
