El 7 de junio de 2025, se cumplen 20 meses desde que el grupo terrorista Hamás lanzó un ataque devastador contra Israel, marcando el inicio de un conflicto que ha dejado profundas cicatrices en la región. Uno de los lugares más afectados por esta violencia es el kibutz Nir Oz, una comunidad agrícola ubicada a solo dos kilómetros y medio de la Franja de Gaza. Este kibutz, que albergaba a unas 400 personas, ha sido testigo de atrocidades que han cambiado la vida de sus habitantes para siempre.
### La Mañana del Ataque: Un Recuerdo Inolvidable
La mañana del 7 de octubre de 2023, el kibutz Nir Oz se convirtió en el escenario de un ataque coordinado por Hamás, que lanzó más de cinco mil cohetes hacia Israel. Martín Finkelstein, un sobreviviente del ataque, recuerda cómo sonaron las alarmas antimisiles a las 6:30 de la mañana. «Lo que cada familia sabe que tiene que hacer en esa situación es entrar al cuarto de seguridad, cada casa tiene un cuarto de seguridad», relata Finkelstein, quien ha vivido en el kibutz durante años.
El ataque fue devastador. En un periodo de seis horas, un grupo de 150 terroristas se infiltró en la comunidad, y su número se incrementó a mil, causando caos y destrucción. «Encontramos 25 cuerpos; de las primeras 251 personas que Hamás secuestró del estado de Israel, 75 fueron secuestradas en este kibutz», explica Finkelstein, quien ha perdido a amigos y familiares en el ataque. La comunidad, que antes era un lugar de paz y armonía, se ha transformado en un recordatorio constante de la violencia y el sufrimiento.
Entre las víctimas se encuentra Shiri Bibas, de 32 años, quien fue secuestrada junto a sus dos hijos, Ariel y Kfir. El padre de la familia también fue capturado horas antes. «Los cuerpos de los menores, junto con el de su madre, fueron entregados por los terroristas en febrero pasado, con huellas de estrangulamiento. Fueron brutalmente asesinados al poco tiempo de ser secuestrados», lamenta Finkelstein, quien se siente impotente ante la pérdida de vidas inocentes.
### La Lucha por la Libertad y la Reconstrucción
A medida que el conflicto se prolonga, los sobrevivientes del kibutz Nir Oz continúan luchando por la liberación de los 58 rehenes que aún permanecen en cautiverio. Finkelstein enfatiza la importancia de devolver a estas personas a sus hogares, así como la necesidad de reconstruir la comunidad. «Después de 600 días de vivir con esto, nosotros tenemos dos cosas en la cabeza: uno, hacer todo lo que se pueda para devolver a las 58 personas que todavía siguen secuestradas, y hacer que este lugar vuelva a reconstruirse y vuelva a ser el hermoso lugar que era antes del ataque terrorista», afirma con determinación.
El Ejército de Israel ha intensificado sus operaciones en la Franja de Gaza, buscando liberar a los rehenes y eliminar la amenaza que Hamás representa no solo para Israel, sino también para la población de Gaza. Finkelstein observa desde su hogar cómo los bombardeos resuenan en la distancia, mientras él y otros miembros de la comunidad intentan retomar sus vidas. «Hoy en día nosotros volvimos a trabajar; los primeros meses no pudimos trabajarlos, los soldados, el ejército estaba acá. Ya volvimos a plantar todo», dice, reflejando una resiliencia admirable en medio de la adversidad.
La tragedia del kibutz Nir Oz es un microcosmos de la realidad que enfrentan muchas comunidades en la región. Los ataques de Hamás han cobrado la vida de más de 1,200 personas, de las cuales 800 eran civiles. Además, 4,800 personas resultaron heridas y 251 fueron tomadas como rehenes. La guerra ha dejado un rastro de dolor y sufrimiento, pero también ha despertado un fuerte deseo de reconstrucción y esperanza entre los sobrevivientes.
Mientras el conflicto continúa, la comunidad de Nir Oz se aferra a la esperanza de un futuro mejor. A pesar de la devastación, Finkelstein y otros habitantes del kibutz están decididos a reconstruir sus vidas y su hogar. «La primera condición es que termine la guerra y que vuelvan los secuestrados», concluye Finkelstein, un testimonio de la fortaleza humana frente a la adversidad. La historia de Nir Oz es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la resiliencia pueden prevalecer.