El Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha sido un tema de debate constante desde su implementación, especialmente en lo que respecta a sus efectos en la economía mexicana. Aunque se esperaba que el acuerdo beneficiara a una amplia gama de empresas en México, la realidad ha demostrado que solo un pequeño número de grandes corporaciones, principalmente trasnacionales, se han llevado la mayor parte de las ventajas. Este fenómeno plantea preguntas sobre la verdadera naturaleza de la integración económica en la región y su impacto en el tejido empresarial mexicano.
### La Concentración de Beneficios en Grandes Corporaciones
Un análisis reciente revela que solo 515 grandes empresas son responsables del 75% de las exportaciones mexicanas. Este dato, proporcionado por Óscar León, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), subraya la concentración de beneficios en un grupo reducido de corporaciones. Estas empresas, muchas de ellas estadounidenses, han encontrado en México un entorno favorable para sus operaciones, gracias a los bajos costos de manufactura y a un marco regulatorio que les permite maximizar sus ganancias.
León destaca que el T-MEC, al igual que su predecesor, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ha favorecido a estas grandes trasnacionales en detrimento de las pequeñas y medianas empresas mexicanas, que representan el 99% del total de empresas en el país. Este fenómeno no solo limita las oportunidades de crecimiento para las empresas locales, sino que también plantea un riesgo significativo para la economía nacional, al hacerla dependiente de un número reducido de actores económicos.
La inversión extranjera directa en México se ha concentrado en el sector manufacturero, donde las grandes corporaciones han dominado. Sectores como el automotriz, electrónico y agroalimentario son ejemplos claros de cómo las trasnacionales han capitalizado el T-MEC. A pesar de que el sector agroalimentario se considera un área de éxito, la realidad es que las grandes empresas estadounidenses controlan la mayoría de las exportaciones de productos mexicanos, como el tequila, la cerveza y los aguacates, generando un negocio de 50 mil millones de dólares anuales.
### Vulnerabilidad y Dependencia Comercial
La dependencia comercial de México hacia Estados Unidos es alarmante, con más del 85% de las exportaciones dirigidas a este país. Esta situación no solo limita la capacidad de México para diversificar sus mercados, sino que también lo hace vulnerable a las fluctuaciones en la política comercial estadounidense. La administración de Donald Trump ha utilizado el comercio como una herramienta de presión, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta relación comercial a largo plazo.
León advierte que la dependencia de las grandes corporaciones estadounidenses puede ser perjudicial para México, especialmente en un contexto donde las relaciones bilaterales pueden ser utilizadas para presionar al país en otros temas de interés estadounidense. La revisión del T-MEC, que se espera que ocurra en el futuro cercano, podría traer consigo nuevas tensiones y desafíos para la economía mexicana.
Además, la falta de autosuficiencia en productos básicos como el maíz y la carne, que son pilares de la dieta nacional, resalta la fragilidad del sistema agroalimentario mexicano. Datos recientes indican que México ha cerrado el semestre con un déficit sin precedentes en importaciones de carne, mientras que las compras de maíz han alcanzado niveles alarmantes. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de que México busque nuevos mercados y diversifique sus fuentes de ingresos, en lugar de depender exclusivamente de un solo socio comercial.
La situación actual exige un replanteamiento de la estrategia comercial de México. Es fundamental que el gobierno y las empresas mexicanas analicen quiénes son los verdaderos beneficiarios del T-MEC y cómo pueden adaptarse a un entorno global en constante cambio. La búsqueda de nuevos mercados y la promoción de la producción local son pasos necesarios para reducir la vulnerabilidad económica y fomentar un crecimiento más equitativo y sostenible.
En resumen, el T-MEC ha beneficiado principalmente a un pequeño grupo de grandes corporaciones, mientras que las pequeñas y medianas empresas mexicanas siguen enfrentando desafíos significativos. La dependencia de Estados Unidos como principal socio comercial plantea riesgos que deben ser abordados para garantizar un futuro económico más estable y diversificado para México.