La crisis climática es una realidad que no solo afecta el medio ambiente, sino que también tiene un costo económico significativo. En México, Greenpeace ha revelado que los daños ocasionados por fenómenos meteorológicos extremos en la última década ascienden a más de 177 mil millones de pesos. Esta cifra alarmante pone de manifiesto la urgencia de implementar políticas públicas efectivas que aborden tanto la mitigación como la adaptación al cambio climático.
### La Crisis Climática y sus Consecuencias Económicas
Recientemente, Greenpeace México llevó a cabo una impactante acción en Acapulco, donde desplegaron un mega-ticket que ilustra el costo de la crisis climática en el país. Este evento se realizó en un edificio que aún muestra las secuelas del huracán Otis, que azotó la región hace dos años. La organización destacó que, a pesar de que algunas áreas de Acapulco han sido reconstruidas, muchas comunidades siguen sin recibir la atención necesaria. Esta situación no es exclusiva de Acapulco; otras regiones de México, como Tabasco y Veracruz, también han sufrido devastadoras inundaciones y desastres naturales en los últimos años.
La cifra de 177 mil 423 millones de pesos representa no solo un número, sino el sufrimiento de miles de familias que han perdido sus hogares y medios de vida debido a eventos climáticos extremos. Viridiana Lázaro, campañista de Greenpeace, enfatizó que el gobierno mexicano continúa destinando recursos a megaproyectos de combustibles fósiles, en lugar de invertir en la adaptación y recuperación de las comunidades afectadas. Esta contradicción resalta la necesidad de un cambio en la asignación del presupuesto público, priorizando la protección de las comunidades vulnerables y la restauración de los ecosistemas.
### La Necesidad de Políticas Públicas Efectivas
Con la próxima Conferencia de las Partes (COP 30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en el horizonte, es crucial que México presente una Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) que refleje un compromiso real con la reducción de emisiones y la adaptación al cambio climático. Greenpeace ha instado a que estas medidas sean ambiciosas y efectivas, ya que el país enfrenta un desafío monumental para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
La organización también ha señalado que, a pesar de los compromisos internacionales, las acciones de mitigación y adaptación en México no han sido suficientes para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5°C. Esto se debe en parte a la continua inversión en combustibles fósiles, que no solo contribuyen al cambio climático, sino que también agravan sus efectos en las comunidades más vulnerables.
Además, Greenpeace ha destacado la importancia de fortalecer la política de adaptación al cambio climático, tomando como ejemplo la comunidad de El Bosque en Tabasco, que ha sido reconocida como la primera comunidad desplazada climáticamente en México. Este modelo de acción podría servir como un referente para otras comunidades que enfrentan situaciones similares, proporcionando un marco para abordar el desplazamiento causado por el cambio climático.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) es la entidad encargada de implementar las políticas climáticas en México, incluyendo las NDC y las Políticas Nacionales de Adaptación (NAP). Sin embargo, la falta de recursos adecuados y la continua asignación de fondos a proyectos de combustibles fósiles han limitado la efectividad de estas políticas. Greenpeace ha hecho un llamado a que se redirijan los recursos hacia iniciativas que realmente aborden la crisis climática y apoyen a las comunidades afectadas.
La situación es aún más crítica considerando que Petróleos Mexicanos (Pemex) es una de las principales emisoras de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el país. La empresa ha anunciado planes para aumentar su producción de petróleo a través de métodos como el fracking, lo que podría tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente y la salud pública. A pesar de la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, el enfoque del gobierno sigue siendo la explotación de recursos fósiles, en lugar de invertir en energías renovables y sostenibles.
### La Urgencia de una Transición Energética Justa
La transición hacia energías renovables es fundamental no solo para mitigar el cambio climático, sino también para garantizar un futuro sostenible para las comunidades más vulnerables. Greenpeace ha subrayado la necesidad de políticas públicas que faciliten esta transición, asegurando que los beneficios de las energías limpias sean accesibles para todos. Esto incluye la creación de empleos en el sector de las energías renovables y la implementación de programas de capacitación para que las comunidades puedan adaptarse a esta nueva realidad.
La crisis climática no es solo un problema ambiental; es un problema social y económico que afecta a las comunidades más desfavorecidas. La inequidad social en México, combinada con su ubicación geográfica, hace que muchas comunidades sean especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático. Por lo tanto, es imperativo que las políticas de adaptación y mitigación sean inclusivas y equitativas, garantizando que nadie se quede atrás en la lucha contra el cambio climático.
A medida que se acerca la COP 30, es crucial que México tome medidas decisivas para abordar la crisis climática. Esto incluye no solo la presentación de una NDC ambiciosa, sino también el compromiso de redirigir los recursos hacia la adaptación y la mitigación, priorizando el bienestar de las comunidades afectadas. La crisis climática ya tiene un costo, y es hora de que el gobierno actúe para proteger a los más vulnerables y asegurar un futuro sostenible para todos.
