La reciente modificación constitucional en El Salvador ha generado un intenso debate sobre el futuro de la democracia en el país. La Asamblea Legislativa, controlada por el partido Nuevas Ideas, ha ratificado una reforma que permite la reelección presidencial indefinida, lo que ha sido calificado por algunos como un ataque directo a la Constitución y a los principios democráticos. Esta decisión no solo altera la duración del mandato presidencial, sino que también elimina la segunda vuelta electoral, lo que podría tener repercusiones significativas en el sistema político salvadoreño.
### La Ratificación de la Reforma Constitucional
El proceso de ratificación de la reforma constitucional se llevó a cabo de manera rápida y sin un debate significativo. En una sesión legislativa nocturna, el presidente Nayib Bukele envió la reforma para su publicación en el Diario Oficial, y en cuestión de minutos, la solicitud de ratificación fue aprobada con 57 votos a favor de los 60 diputados presentes. Este procedimiento ha sido criticado por la oposición, que argumenta que se ha llevado a cabo de manera apresurada y sin la debida consideración de las implicaciones que conlleva.
La reforma modifica varios artículos de la Constitución, incluyendo el artículo 80, que ahora elimina la suspensión de derechos ciudadanos para aquellos que promuevan la reelección. Además, el artículo 152 ha sido alterado para permitir que una persona que haya ocupado la presidencia por más de seis meses pueda postularse nuevamente, lo que abre la puerta a la reelección indefinida. Esta modificación ha sido vista como un intento de consolidar el poder del actual presidente, quien ya se encuentra en su segundo mandato consecutivo, a pesar de que la Constitución originalmente prohibía esta práctica.
La diputada Marcela Villatoro, de la oposición, expresó su descontento durante la sesión, afirmando que los legisladores han «matado la democracia disfrazada de legalidad». Esta crítica resuena en un contexto donde la confianza en las instituciones democráticas se ha visto erosionada, y donde el control del poder legislativo por parte de un solo partido plantea serias dudas sobre la separación de poderes y la rendición de cuentas.
### Implicaciones para la Democracia y el Futuro Político
La decisión de permitir la reelección indefinida y la eliminación de la segunda vuelta electoral plantea preguntas críticas sobre el futuro de la democracia en El Salvador. Históricamente, la reelección indefinida ha sido un tema controvertido en América Latina, con ejemplos de líderes que han utilizado reformas constitucionales para perpetuarse en el poder. Este tipo de cambios no solo afectan la dinámica política interna, sino que también pueden influir en la percepción internacional del país y su relación con otros estados.
El hecho de que Bukele haya comenzado su segundo mandato a pesar de las restricciones constitucionales previas ha sido interpretado por muchos como un signo de que las normas democráticas están siendo socavadas. La modificación de la Constitución para facilitar su reelección podría ser vista como un paso hacia un régimen más autoritario, donde el poder se concentra en manos de un solo individuo y se limita la competencia política.
Además, la eliminación de la segunda vuelta electoral podría tener un impacto significativo en la representación política. Este mecanismo, que permite a los votantes elegir entre los dos candidatos más votados en una primera ronda, es fundamental para garantizar que el ganador cuente con un respaldo amplio. Sin esta opción, es posible que el próximo presidente sea elegido con un porcentaje de votos mucho menor, lo que podría llevar a una falta de legitimidad en su mandato.
Las reformas también han suscitado preocupaciones sobre la libertad de expresión y el espacio para la oposición. La eliminación de la suspensión de derechos para quienes promuevan la reelección puede ser vista como un intento de silenciar a los críticos y de consolidar el control del partido en el poder. Esto podría resultar en un ambiente político más hostil para aquellos que se atrevan a cuestionar las decisiones del gobierno.
En este contexto, es crucial que los ciudadanos salvadoreños y la comunidad internacional permanezcan atentos a los desarrollos políticos en el país. La defensa de la democracia y el respeto por la Constitución son fundamentales para garantizar un futuro en el que todos los ciudadanos tengan voz y voto en el proceso político. La situación actual en El Salvador es un recordatorio de la fragilidad de las democracias y de la importancia de la participación activa de la sociedad civil en la defensa de sus derechos y libertades.