La vida de los artistas no siempre es tan glamorosa como parece. Kalimba, conocido por su carrera musical y su carisma en el escenario, ha compartido recientemente su experiencia personal con la bipolaridad y la epilepsia, revelando los desafíos que enfrenta tanto en su vida profesional como personal. En una entrevista con el periodista Heriberto Murrieta, el cantante habló abiertamente sobre su diagnóstico y cómo este afecta su día a día, especialmente en un mundo donde la imagen pública es fundamental.
### La lucha interna de un artista
Kalimba confesó que fue diagnosticado con bipolaridad en segundo grado y epilepsia en el lóbulo frontal izquierdo. Estos trastornos no solo son condiciones médicas, sino que también influyen en su vida cotidiana y en su carrera. «Hoy sé que tengo epilepsia en el lóbulo frontal izquierdo y bipolaridad en segundo grado, entonces en mi caso sí es una cuestión neuronal, para la cual estoy medicado», explicó el cantante. Esta revelación ha sido un acto de valentía, ya que muchos artistas suelen ocultar sus problemas de salud mental por miedo a ser juzgados o malinterpretados.
El artista también mencionó que, a pesar de estar en tratamiento, la presión de ser una figura pública puede intensificar sus síntomas. Kalimba se siente atrapado entre su vida personal y la imagen que proyecta al público. «No puedo desconectarme del personaje», afirmó, lo que resalta la dificultad de separar su identidad como artista de su vida privada. Esta lucha es común entre muchos en la industria del entretenimiento, donde la expectativa de ser siempre accesible y perfecto puede ser abrumadora.
### La presión de la fama y la necesidad de desconexión
Uno de los puntos más destacados de la entrevista fue la dificultad que enfrenta Kalimba para encontrar un equilibrio entre su vida personal y profesional. A diferencia de muchas personas que pueden desconectarse de su trabajo a través de pasatiempos o vacaciones, Kalimba siente que no tiene esa opción. «Si los fans se me acercan y me piden un autógrafo o una fotografía, no puedo negarme. Si lo hago, sería duramente criticado», comentó. Esta presión constante puede llevar a un desgaste emocional significativo, especialmente para alguien que ya enfrenta desafíos de salud mental.
El cantante reflexionó sobre cómo su trabajo no solo implica actuar en el escenario, sino también cumplir con las expectativas de sus seguidores. «Yo no me puedo quitar el uniforme, el uniforme soy yo; y si les dices, ahorita no porque estoy de vacaciones, eres un payaso», expresó. Esta situación resalta la falta de espacio que muchos artistas tienen para cuidar de su salud mental y emocional, lo que puede resultar en un ciclo de estrés y ansiedad.
Kalimba también abordó las críticas que ha recibido por su necesidad de establecer límites. En las redes sociales, algunos seguidores han comentado que, al elegir ser artista, se compromete a estar disponible en todo momento. Sin embargo, el cantante argumenta que todos necesitan tiempo para sí mismos, independientemente de su profesión. «Tú también necesitas tiempo para ti, todos lo necesitamos», enfatizó, subrayando la importancia de cuidar de uno mismo en medio de las exigencias de la fama.
La conversación sobre la salud mental en la industria del entretenimiento es cada vez más relevante. Artistas como Kalimba están comenzando a romper el estigma que rodea a estos temas, abriendo un diálogo sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de apoyo en un entorno que a menudo puede ser hostil y exigente. Su valentía al compartir su historia puede inspirar a otros a buscar ayuda y a hablar sobre sus propias luchas.
Kalimba continúa trabajando en su música y en su salud mental, buscando un equilibrio que le permita disfrutar de su carrera sin sacrificar su bienestar. Su historia es un recordatorio de que, detrás de cada artista, hay una persona con sus propias batallas, y que es fundamental cuidar de la salud mental tanto como de la carrera profesional. La lucha de Kalimba es un reflejo de la realidad de muchos en el mundo del espectáculo, y su apertura al respecto puede ser un paso hacia un cambio positivo en la percepción de la salud mental en la industria.