La situación de las desapariciones en Estados Unidos ha alcanzado niveles alarmantes, especialmente entre la comunidad hispana. Este fenómeno no solo afecta a las familias que buscan a sus seres queridos, sino que también refleja una crisis más amplia relacionada con la salud mental y la percepción de seguridad en un contexto de creciente hostilidad hacia los migrantes. El caso de Rolando Gutiérrez, un ciudadano estadounidense que desapareció en agosto de 2025, ilustra la gravedad de esta problemática y la falta de recursos para abordar las desapariciones en el país.
La historia de Rolando comienza con un deterioro en su salud mental, exacerbado por las noticias sobre la persecución de agentes migratorios. A pesar de ser ciudadano estadounidense, Rolando se sintió amenazado y perseguido, lo que lo llevó a desaparecer el 30 de agosto. Su madre, María Vázquez, ha luchado por obtener respuestas sobre su paradero, pero se ha encontrado con un sistema que parece desinteresado en ayudar. La falta de información en la base de datos de NamUs, donde se registran las personas desaparecidas, ha complicado aún más la búsqueda de Rolando.
La eliminación de información clave sobre desaparecidos hispanos en la base de datos de NamUs ha sido un tema de preocupación. Según informes, el gobierno de Estados Unidos ha reducido drásticamente la cantidad de casos visibles en el sistema, lo que ha llevado a una falta de transparencia en el manejo de estas desapariciones. Actualmente, solo se registran 25,733 personas no localizadas, pero se estima que cada año desaparecen alrededor de 600,000 personas en el país, de las cuales aproximadamente 120,000 son hispanos. Esta discrepancia en los datos plantea serias dudas sobre la efectividad del sistema y su compromiso con la comunidad hispana.
La eliminación de información sobre los casos de desaparecidos hispanos ha sido criticada por activistas y familiares de las víctimas. La falta de detalles como la última fecha de contacto, el lugar donde fueron vistos por última vez y las características físicas de los desaparecidos dificulta la búsqueda y aumenta la angustia de las familias. En el caso de Rolando, su madre ha tenido que recurrir a las redes sociales y a entrevistas para buscar ayuda, ya que las autoridades locales han mostrado poco interés en su caso.
### La Desconfianza en el Sistema
La desconfianza hacia las autoridades es un factor que complica aún más la situación. Muchos migrantes temen que al reportar una desaparición, las autoridades locales puedan alertar a los agentes migratorios, lo que podría poner en riesgo su estatus migratorio. Esta situación crea un círculo vicioso en el que las familias se sienten atrapadas entre la necesidad de buscar a sus seres queridos y el miedo a las repercusiones legales.
Alberto Godínez, un activista en California, ha señalado que la comunidad migrante vive con un profundo temor hacia las autoridades estadounidenses y una desconfianza hacia las mexicanas. Esta desconfianza se traduce en una falta de denuncias sobre desapariciones, lo que a su vez contribuye a la invisibilidad de estos casos en las estadísticas oficiales. Godínez propone que los consulados mexicanos en Estados Unidos incorporen profesionales de salud mental para atender a migrantes que enfrentan estrés postraumático y ansiedad severa debido a la situación actual.
La salud mental de los migrantes es un tema que ha sido poco abordado, pero que tiene un impacto significativo en su bienestar. La exposición constante a noticias sobre redadas y persecuciones puede generar trastornos mentales, como el delirio de persecución, que se ha observado en casos como el de Rolando Gutiérrez. La falta de recursos y apoyo psicológico para los migrantes en Estados Unidos es una cuestión que debe ser atendida urgentemente.
### La Necesidad de un Cambio
La crisis de desapariciones en Estados Unidos no es un problema aislado; es un reflejo de un sistema que ha fallado en proteger a sus ciudadanos, especialmente a aquellos que pertenecen a comunidades vulnerables. La eliminación de información sobre desaparecidos hispanos en la base de datos de NamUs es solo un síntoma de un problema más profundo que requiere atención inmediata.
Es fundamental que las autoridades reconozcan la magnitud de esta crisis y tomen medidas para mejorar la transparencia y la accesibilidad de la información sobre desaparecidos. Esto incluye la restauración de datos eliminados y la implementación de políticas que garanticen que todas las desapariciones sean tratadas con la seriedad que merecen. Además, es crucial que se establezcan canales de comunicación efectivos entre las comunidades migrantes y las autoridades para fomentar la confianza y la colaboración en la búsqueda de desaparecidos.
La situación de Rolando Gutiérrez y de miles de personas desaparecidas en Estados Unidos es un llamado a la acción. Las familias merecen respuestas y apoyo en su búsqueda, y la sociedad en su conjunto debe exigir un cambio en el enfoque hacia las desapariciones y la salud mental de los migrantes. La crisis de desapariciones no solo afecta a las familias de los desaparecidos, sino que también impacta a toda la comunidad, creando un clima de miedo y desconfianza que debe ser abordado con urgencia.