La reciente intervención de Josep Borrell, ex alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha puesto de relieve la compleja y a menudo contradictoria postura de Europa en los conflictos internacionales, especialmente en el contexto de la guerra en Gaza y la crisis en Ucrania. Durante un evento en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander, Borrell expresó su preocupación por la aparente falta de atención de Europa hacia las víctimas en Gaza, en comparación con el enfoque más intenso hacia el conflicto en Ucrania. Esta declaración ha generado un debate sobre la ética y la responsabilidad de la UE en la fabricación y suministro de armamento, así como sobre su papel en la política internacional.
La crítica de Borrell se centra en la percepción de que Europa ha «perdido autoridad moral» al priorizar la situación en Ucrania sobre la crisis humanitaria en Gaza. Según sus palabras, «nos preocupan los muertos de Ucrania, pero no nos preocupan los muertos de Gaza». Esta afirmación resuena en un contexto donde las cifras de víctimas en Gaza han alcanzado niveles alarmantes, lo que plantea interrogantes sobre la coherencia de la política exterior europea. Borrell subrayó que Europa no solo está observando el conflicto, sino que también está contribuyendo a él, afirmando que «la mitad de las bombas que caen sobre Gaza las fabricamos los europeos». Esta declaración no solo critica la industria armamentista europea, sino que también sugiere una complicidad en la violencia que se desata en la región.
### La Percepción Global de Europa como Potencia Imperialista
Borrell también abordó el resentimiento que muchos países sienten hacia Europa, a la que ven como una «vieja potencia imperialista». Este resentimiento se ha intensificado con la actitud de la UE hacia Gaza, donde se percibe una «doble vara de medir» en la respuesta a los conflictos. Mientras que la UE ha mostrado un fuerte apoyo a Ucrania, tanto en términos financieros como militares, su respuesta a la crisis en Gaza ha sido considerada insuficiente y, en algunos casos, hipócrita. Esta disparidad en la atención y el apoyo ha llevado a una creciente desconfianza hacia las intenciones de Europa en el ámbito internacional.
Además, Borrell criticó la desigualdad en la distribución de recursos, señalando que mientras los europeos han recibido múltiples dosis de vacunas contra el COVID-19, en regiones como América Latina, África y Asia, solo un pequeño porcentaje de la población ha sido vacunado. Esta comparación ilustra una falta de solidaridad global que, según Borrell, está alimentando el resentimiento hacia Europa y su papel en el mundo.
La situación en Gaza ha puesto de manifiesto las tensiones internas en la política de defensa europea. Borrell destacó que, a pesar de que Europa está proporcionando un apoyo militar significativo a Ucrania, la dependencia del continente de Estados Unidos para la defensa plantea interrogantes sobre su autonomía y capacidad para actuar de manera independiente en conflictos internacionales. La posibilidad de que Estados Unidos reduzca su apoyo militar a Ucrania en el futuro es una preocupación que Borrell ha planteado, sugiriendo que Europa debe prepararse para asumir un papel más proactivo en la defensa de sus intereses y valores.
### La Necesidad de un Cambio en la Política Exterior Europea
La intervención de Borrell también resalta la necesidad de una reevaluación de la política exterior de la UE. La crítica a la «doble vara de medir» es un llamado a la acción para que Europa adopte un enfoque más equilibrado y ético en su respuesta a los conflictos internacionales. La percepción de que Europa prioriza sus intereses estratégicos sobre la justicia y la humanidad puede socavar su credibilidad y su capacidad para desempeñar un papel constructivo en la resolución de crisis globales.
Borrell también se refirió a la creciente tensión interna en Estados Unidos, sugiriendo que el país ya no puede ser considerado el «líder del mundo libre». Esta afirmación subraya la necesidad de que Europa asuma un papel más activo y responsable en la política internacional, especialmente en un momento en que las dinámicas globales están cambiando rápidamente. La idea de que Europa debe aumentar su gasto militar y su capacidad de defensa es un tema que ha cobrado relevancia, especialmente en el contexto de la creciente amenaza que representa Rusia.
En resumen, las declaraciones de Josep Borrell abren un debate crucial sobre la ética y la responsabilidad de Europa en los conflictos internacionales. La necesidad de una política exterior más coherente y justa es evidente, y la presión para que Europa asuma un papel más activo en la defensa de los derechos humanos y la justicia global es más urgente que nunca. La situación en Gaza y la crisis en Ucrania son solo dos ejemplos de cómo la política exterior europea debe evolucionar para enfrentar los desafíos del siglo XXI.