La pobreza laboral en México ha sido un tema de creciente preocupación en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia que afectó a millones de personas. Según el último informe del primer trimestre de 2025, la pobreza laboral alcanzó un 33.9% de la población, lo que equivale a aproximadamente 44.2 millones de mexicanos que no pueden adquirir la canasta básica. Este dato, aunque representa un mínimo histórico, revela una realidad alarmante sobre la situación económica de una gran parte de la población.
### Evolución de la Pobreza Laboral en México
El informe de México Cómo Vamos (MCV) destaca que, a pesar de la disminución en la pobreza laboral desde su punto más alto durante la crisis de la pandemia, donde se registraron 58.2 millones de personas en condiciones de vulnerabilidad económica, la situación aún es crítica. En 2020, la pobreza laboral se situaba en un 46%, lo que indica que ha habido una reducción constante en los últimos años, algo que no se había visto desde el primer trimestre de 2007. Sin embargo, el semáforo económico de este rubro se mantiene en amarillo, lo que sugiere que aún hay un largo camino por recorrer.
La disminución de la pobreza laboral es un avance significativo, pero no se puede hablar de una mejora completa. A pesar de que el semáforo económico cambió de rojo a amarillo en 2024, el 64.3% de la población sigue sin contar con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, lo que incluye alimentación y otros gastos esenciales no alimentarios. Esto pone de manifiesto que, aunque se han logrado avances, la situación sigue siendo precaria para una gran parte de la población mexicana.
### Impacto Regional y Desigualdad de Género
Los datos revelan que la pobreza laboral no afecta a todos los estados de la misma manera. Chiapas, Oaxaca y Guerrero son los estados más afectados, donde más del 50% de la población enfrenta dificultades para adquirir la canasta alimentaria. Esta desigualdad regional es un reflejo de las disparidades económicas que existen en el país, donde las oportunidades de empleo y los salarios varían drásticamente de una región a otra.
Además, la pobreza laboral tiene un impacto desproporcionado en las mujeres. En todos los estados, hay más mujeres que hombres en situaciones de pobreza laboral. Por cada 100 hombres con ingresos bajos, hay 113 mujeres en la misma situación. Esta desigualdad de género en el ámbito laboral es un problema que requiere atención urgente, ya que perpetúa ciclos de pobreza y limita las oportunidades de desarrollo para las mujeres en el país.
La situación de la pobreza laboral en México es un reflejo de problemas estructurales que han persistido durante años. La falta de acceso a empleos bien remunerados, la informalidad laboral y la desigualdad de género son solo algunos de los factores que contribuyen a esta problemática. Es fundamental que se implementen políticas públicas efectivas que aborden estas cuestiones y promuevan un crecimiento económico inclusivo.
La pobreza laboral no solo afecta a los individuos y sus familias, sino que también tiene repercusiones en la economía en su conjunto. Cuando una gran parte de la población no puede acceder a la canasta básica, se limita el consumo y, por ende, el crecimiento económico. Por lo tanto, es crucial que se tomen medidas para mejorar las condiciones laborales y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a un nivel de vida digno.
A medida que el país avanza hacia la recuperación económica post-pandemia, es esencial que se mantenga el enfoque en la reducción de la pobreza laboral y en la creación de empleos de calidad. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil será clave para abordar esta problemática y garantizar un futuro más próspero para todos los mexicanos. La lucha contra la pobreza laboral es un desafío que requiere un compromiso colectivo y sostenido, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para lograr un cambio significativo en la vida de millones de personas en el país.