La educación superior en China ha experimentado un crecimiento sin precedentes en las últimas décadas, convirtiéndose en un referente mundial en términos de calidad y cantidad. Con más de 3,000 universidades, el país ha logrado posicionar a cinco de sus instituciones entre las 50 mejores del mundo, según el QS Global World Ranking 2025. Este artículo explora los factores que han contribuido a este éxito, así como los desafíos que aún enfrenta el sistema educativo chino.
### La Expansión del Sistema Educativo Chino
Desde el inicio del siglo XXI, China ha invertido significativamente en su sistema educativo, lo que ha permitido una expansión notable. En la actualidad, más de 10 millones de jóvenes se presentan al examen nacional de admisión, conocido como Gaokao, cada año. Este examen, que dura dos días y es considerado uno de los más competitivos del mundo, es la puerta de entrada a las universidades del país. Aunque alrededor del 80% de los aspirantes logran ingresar a alguna institución, solo un 5% consigue un lugar en las universidades de élite, como la Universidad de Pekín y la Universidad de Tsinghua.
El gobierno chino ha destinado aproximadamente 21.2 mil millones de dólares al sector educativo, lo que ha permitido no solo la construcción de nuevas universidades, sino también la mejora de la infraestructura y la formación de profesores. Esta inversión ha sido clave para elevar el nivel académico y la calidad de la educación. Además, la colaboración entre universidades y empresas ha permitido que los egresados estén mejor preparados para el mercado laboral, lo que a su vez ha impulsado el desarrollo económico del país.
La creciente demanda de carreras en tecnologías de la información, inteligencia artificial e ingenierías ha sido un motor importante en la formación de estudiantes. La educación en estos campos no solo responde a las necesidades del mercado laboral, sino que también se alinea con los objetivos de desarrollo nacional de China. Esto ha llevado a que el país domine 57 de las 64 tecnologías críticas a nivel mundial, superando a Estados Unidos en este aspecto.
### Universidades de Élite y su Impacto en la Sociedad
Las universidades de Pekín y Tsinghua son emblemáticas no solo por su prestigio académico, sino también por su historia y su influencia en la política y la economía del país. La Universidad de Pekín, fundada en 1898, ha sido el alma mater de figuras históricas como Mao Tse Tung y Li Dazhao. Con una posición destacada en el ranking mundial, esta universidad se enfoca en las humanidades, ciencias sociales y medicina, formando a líderes que han moldeado la historia de China.
Por otro lado, la Universidad de Tsinghua, donde estudió el actual presidente Xi Jinping, se centra en la innovación científica y tecnológica. Ambas instituciones cuentan con instalaciones impresionantes, como bibliotecas de gran tamaño y múltiples opciones de restauración, lo que refleja su compromiso con la calidad educativa y el bienestar de sus estudiantes.
Sin embargo, a pesar de estos logros, el sistema educativo chino enfrenta desafíos significativos. La inequidad en el acceso a una educación de calidad es un problema persistente. Las universidades de élite reciben la mayor parte del presupuesto, lo que crea una brecha entre estas instituciones y las universidades menos favorecidas. Esto ha llevado a que muchos padres inviertan en cursos costosos para sus hijos, con la esperanza de que puedan competir por un lugar en las mejores universidades.
La experiencia de estudiantes internacionales, como la mexicana Mora Ordóñez, quien cursa una maestría en derecho en la Universidad de Pekín, resalta la rigurosidad del sistema educativo. Mora ha observado que el nivel de exigencia es alto, lo que puede ser desalentador, pero también es un factor que contribuye al avance económico y tecnológico del país. La disciplina y el esfuerzo que se requieren para aprobar el Gaokao son testimonios del compromiso de los estudiantes con su educación.
A pesar de la alta tasa de aceptación en las universidades, aquellos que no logran ingresar a una institución superior enfrentan un futuro incierto. Muchos provienen de entornos rurales y urbanos, y sus opciones laborales son limitadas. En el caso de los estudiantes urbanos, las comunidades a menudo les ayudan a encontrar empleo, mientras que los campesinos pueden recurrir a trabajar en sus tierras o en la construcción. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de un enfoque más inclusivo en la educación, que garantice que todos los jóvenes tengan acceso a oportunidades equitativas.
La educación en China no solo se trata de adquirir conocimientos, sino también de formar ciudadanos que puedan contribuir al desarrollo del país. La inversión en educación ha sido un pilar fundamental en la estrategia de crecimiento de China, y su éxito se refleja en el avance tecnológico y económico que ha experimentado en las últimas décadas. Sin embargo, es crucial que el sistema educativo continúe evolucionando para abordar las desigualdades y garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen, tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
