La situación en la franja de Gaza ha alcanzado niveles alarmantes, con un impacto devastador en la población civil, especialmente entre los niños. Desde el inicio de las operaciones militares israelíes el 7 de octubre de 2023, se ha reportado que aproximadamente uno de cada 33 habitantes de Gaza ha sido asesinado, lo que representa cerca del 3% de la población que existía antes del conflicto. Las cifras son desgarradoras: más de 20,000 niños han perdido la vida, lo que equivale a un promedio de 28 infantes asesinados cada día. Esta tragedia ha sido documentada por el gobierno de Gaza, que ha proporcionado datos desglozados por edad y género, revelando la magnitud del sufrimiento humano en la región.
La relatora especial de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos ocupados, Francesca Albanese, ha advertido que el número de muertes podría ser aún más alto, estimando que podría alcanzar hasta 680,000. Esta cifra es diez veces superior a las estimaciones iniciales, lo que pone de manifiesto la gravedad de la crisis humanitaria. Los cementerios están desbordados y las fosas comunes se han convertido en una triste realidad, reflejando la magnitud de la pérdida de vidas. Las operaciones militares han llevado a la muerte de familias enteras en sus hogares, y más de 2,000 personas que buscaban comida han sido ultimadas en el proceso.
La situación de salud en Gaza es igualmente crítica. Más de 169,000 palestinos han resultado heridos, lo que equivale a aproximadamente uno de cada 14 habitantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que 42,000 palestinos sufrieron lesiones irreversibles, de los cuales más de 10,500 son niños. Las amputaciones y otras lesiones severas, como daños en la médula espinal y quemaduras graves, son cada vez más comunes. La infraestructura de salud ha sido severamente afectada, con 25 de los 38 hospitales de Gaza inoperantes y los restantes funcionando en condiciones desesperadas. La ocupación de camas hospitalarias ha alcanzado un 225%, y las admisiones continúan aumentando, lo que agrava aún más la crisis sanitaria.
La situación de las mujeres embarazadas es alarmante, con un aumento en los nacimientos prematuros y bebés con bajo peso. La OMS ha señalado que una quinta parte de todos los recién nacidos en Gaza presenta estas complicaciones. Además, el personal médico también ha sido gravemente afectado, con 1,701 profesionales de la salud asesinados desde el inicio del conflicto. Esta pérdida no solo afecta la atención médica, sino que también representa un golpe devastador para la comunidad médica que lucha por brindar ayuda en medio de la crisis.
La hambruna es otra de las consecuencias devastadoras de este conflicto. Un informe reciente de la ONU estima que más de medio millón de personas en Gaza se encuentran en situación de hambruna. En los últimos dos años, 460 personas han muerto de hambre y desnutrición, entre ellas 154 niños. La agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Medio Oriente (UNRWA) ha corroborado estas cifras, revelando que más de 51,000 niños menores de cinco años padecen desnutrición severa. La destrucción de edificios, incluidos hospitales, escuelas y hogares, ha dejado a la población sin acceso a servicios básicos y ha intensificado la crisis alimentaria.
La devastación en Gaza es evidente desde el espacio, con imágenes que muestran al menos 102,067 edificios arrasados. Las ruinas de escuelas, clínicas y hogares son un recordatorio constante de la tragedia que ha golpeado a esta región. El Ministerio de Salud ha informado que cerca de 6,000 personas están enterradas bajo los escombros, lo que subraya la magnitud de la destrucción.
Además, la guerra en Gaza se ha convertido en el conflicto más mortífero para periodistas, trabajadores de la salud y humanitarios en la historia reciente. Al menos 270 comunicadores han sido asesinados, lo que pone de manifiesto el peligro que enfrentan aquellos que intentan informar sobre la situación y brindar asistencia a los afectados. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la seguridad de los trabajadores humanitarios y la necesidad de proteger a quienes están en la primera línea de la crisis.
La situación en Gaza es un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida en tiempos de conflicto. La pérdida de vidas, el sufrimiento de los niños y la crisis de salud pública son cuestiones que requieren atención urgente y acción internacional. La comunidad global debe unirse para abordar esta crisis humanitaria y trabajar hacia una solución que garantice la paz y la seguridad para todos los habitantes de Gaza. La historia de Gaza es una historia de resistencia y sufrimiento, y es fundamental que se escuche la voz de quienes han sido afectados por esta tragedia.