En un contexto de creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos, el gobierno venezolano ha iniciado un proceso de alistamiento civil para fortalecer su capacidad defensiva. Esta movilización, impulsada por el presidente Nicolás Maduro, busca integrar a ciudadanos voluntarios en la Milicia Bolivariana, un cuerpo de la Fuerza Armada que ha sido objeto de críticas por su fuerte carga ideológica. La respuesta de la población ha sido notable, con miles de venezolanos acudiendo a los centros de registro habilitados en diversas localidades del país.
**El Llamado a la Defensa Nacional**
La convocatoria a los ciudadanos para unirse a la defensa de la patria se ha realizado en un ambiente de incertidumbre y preocupación. La amenaza percibida de una posible intervención militar por parte de Estados Unidos ha llevado a muchos a considerar la opción de enlistarse. En las filas de registro, se pueden ver personas de todas las edades y ocupaciones, desde empleados públicos hasta jubilados, todos con un mismo objetivo: prepararse para lo que consideran una inminente amenaza.
Óscar Matheus, un auditor de 66 años, expresó su motivación al decir: «Estoy acá para cumplir con nuestro país. No sabemos qué pueda suceder, pero hay que prepararnos y seguir resistiendo». Esta frase refleja el sentimiento de muchos que han decidido unirse a la causa, impulsados por un sentido de deber hacia su nación. La movilización ha sido tan significativa que se han establecido centros de registro en lugares emblemáticos, como el palacio presidencial de Miraflores y el Cuartel de la Montaña, donde reposan los restos de Hugo Chávez.
**La Fuerza Armada y su Politización**
La Fuerza Armada venezolana, que fue bautizada como bolivariana por Chávez, ha sido históricamente un pilar del régimen. Sin embargo, su politización es evidente, y el saludo oficial entre sus miembros es un recordatorio constante de su lealtad a la ideología chavista: «¡Chávez vive!». Aunque el número exacto de efectivos en la Fuerza Armada no está claro, se estima que en 2020 contaba con alrededor de 343,000 miembros, lo que la coloca en un tamaño similar al de México y solo superada en América Latina por Colombia y Brasil. Sin embargo, Maduro ha afirmado que la milicia cuenta con más de 4.5 millones de soldados, una cifra que muchos consideran exagerada.
La movilización de civiles también se enmarca en un contexto de tensiones internacionales, donde Estados Unidos ha incrementado su presencia militar en la región, alegando operaciones contra el narcotráfico. Esta situación ha llevado a Maduro a calificar las acciones estadounidenses como «inmorales, criminales e ilegales», argumentando que su verdadero objetivo es un cambio de régimen en Venezuela. A pesar de las advertencias del gobierno, expertos consideran que una intervención militar directa por parte de Estados Unidos es poco probable en el corto plazo.
La respuesta del gobierno venezolano ha sido clara: el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha instado a la población a no caer en el nerviosismo y ha reafirmado el compromiso de defender la patria hasta el último aliento. La movilización de civiles se ha convertido en un tema de conversación en las calles, donde la mezcla de bromas y preocupaciones refleja la complejidad de la situación actual.
**El Proceso de Inscripción y Entrenamiento**
Los centros de registro no solo se limitan a la inscripción, sino que también ofrecen una experiencia formativa a los voluntarios. Una vez que los ciudadanos se registran, son llevados a una sala donde se proyecta un documental sobre el bloqueo de naciones europeas a las costas venezolanas entre 1902 y 1903, un evento que se utiliza para ilustrar la importancia de la defensa nacional. Este enfoque busca no solo alistar a los voluntarios, sino también inculcarles un sentido de historia y resistencia.
En las instalaciones, los voluntarios tienen la oportunidad de conocer parte del armamento que se utiliza en la defensa del país. Desde ametralladoras hasta lanzacohetes, los asistentes reciben explicaciones técnicas sobre el uso y el alcance de cada arma. Este tipo de formación es esencial para preparar a los civiles que se suman a la causa, aunque muchos de ellos, como Jesús Bórquez, un joven de 19 años, reconocen que su papel puede no ser el de un combatiente directo. «Quiero entrenar para defender la patria», afirma, mostrando el deseo de contribuir a la defensa nacional de cualquier manera posible.
La movilización civil en Venezuela es un reflejo de la situación política y social del país, donde la defensa de la patria se ha convertido en un tema central en medio de las tensiones internacionales. La respuesta de la población, unida en torno a la idea de resistencia, es un testimonio de la complejidad de la realidad venezolana y de los desafíos que enfrenta el país en su búsqueda de estabilidad y soberanía.